sábado, 1 de marzo de 2014

La espada

La espada estaba clavada en el tocón. Nadie recordaba cuanto tiempo llevaba ahí,pero nadie recordaba el bosque sin ella. No saben como llegó allí, pero acerca de ellas se habían vertido numerosos rumores y cada nuevo añadían más poder y grandiosidad a la espada.

Algunos de los rumores decían que la espada perteneció a algún dios, al cual se le cayó a la tierra y no la reclamó. También se dice que es la espada de un antiguo rey cuyo mago de la corte la dotó de tal poder que aquel que la empuñase recibía esa magia, que es la que siempre conducía a la victoria al que la empuñase. Y así, mil y un mito más sobre la espada.



Hace mucho tiempo, la espada recibía numerosas visitas a la espera de conseguir su tremendo poder y ganar fama, pero uno tras otro fueron descubriendo que la espada no salia. Estaba bien clavada en el tocón. Con el tiempo, el brillo de la hoja se fue desvaneciendo, el musgo y otras plantas fueron ganando a la espada, que oxidada y mellada por el imbatible viento, se vio envuelta en un mullido verdor. Al ganarse ese aspecto, la gente perdió el interés en la espada, pues "¿Cómo una espada con semejante poder va a envejecer y perder su brillo?". Finalmente cayó en el olvido, pasando a ser un recuerdo y una leyenda. Aún así, la espada sigue esperando a alguien capaz de empuñarla. Y quien sabe, quizás guarde algún secreto para quien consiga hacerlo.

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