lunes, 3 de marzo de 2014

La casa de caramelos

Se dice que existe una casa enorme a la que nadie sabe llegar, pero a todos su olfato lleva.

Cuando llegan ante ella todos se quedan maravillados. Una casa enorme a la que no le falta detalle, pues tiene incluso chimenea y balcón, esta hecha tallada en un enorme bloque de caramelo.
Su olor, un fresco olor a menta mezclado con otros como fresa o limón usados en otros elementos, tu nariz puede detectarlo desde lejos.



El primer impulso de muchos es darle el lametón a una de sus paredes, pero antes de que sean capaz de llevar a cabo su objetivo son detenidos por el dueño de la casa. Un anciano muy alto y delgado, de cara amable y ojos que recuerdan a dos sabrosos caramelos de cola.
Muchos lo temen, pues se acuerdan del cuento de Hansel y Grettel, pero este hombre nada tiene que ver con aquella bruja. Con su gran sonrisa y agradable voz te invita a entrar. Cuando te hable notarás que posee un aliento con olor a caramelos.

 Puedes hacerle caso y te invitará a caramelos. Y si estas perdido a encontrar el camino te ayudará.

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