martes, 4 de marzo de 2014

Jugando

Estaba sentado en su cama, aún más grande que él. Se sentó lo más próximo a los pies de la cama y miró atrás, allí estaban sus peluches. Pasó la mirada por ellos para pasar a la bandera pirata que había en la pared a la que cama estaba pegada. Luego volvió la mirada al frente, inspiró y cerró los ojos un par de minutos.

Cuando los abrió ya no había suelo, era un inmenso mar que no conocía límites, los peluches eran ahora una fiel tripulación que esperaban sus órdenes y la bandera ondeaba en lo alto del mástil. Y él, como capitán miraba hacia el horizonte desde la proa del barco, no desde la cama.

Era un pirata y sus aventuras empezaban ahora y si él así lo quería, durarían mucho, mucho tiempo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario