Estaba en una tienda de ropa. Jabón no quería que fuese sin pantalón. Acababa de salir del probador con unos cuando la dependienta me dice:
-¡Te quedan fatal!
-¡Serás guarra!
Cogí un tanga.
-¡TANGA-TIRACHINAS!¡LAAAAAAAAAAANZAMIENTO!
Me lancé dandome impulso con el tanga y le intenté dar a la dependienta. Esta sacó unos vaqueras y me golpeó.
-¡Set y partido! -gritó.
Reboté por toda la tienda hasta que acabé estampandome en la sección femenina de la que salí vestido super genial conjuntado. Una falda vaquera corta y una camisa rosa mona mona. El jabón comentó:
-Ayyyy, quién te ordeñase.
-MUUUUUUUUUU. -una hermosa vaca estaba comprando un top a mi lado.
La misma dependienta que me atendió le estaba elogiando por su bello traje moteado.
-¡¡Pero si es una vaca!!
-Osea, qué poco estilo, ¿no ves que es un traje?
-¿Entonces por qué muges?
-Porque tengo un papel en una película super importante, osea, y estoy ensayando.
-Será la leche... -le interrumpí. -Pero se ha colado, ¡quítese!
Le di con el top rosa que me había puesto y cayó por el hueco del ascensor.
-¡Hubiese sido muuuuuuuuuuuuuuuuu famosa! -se le oyó gritar mientras caía.
-Cóbreme el pantalón. -le dije a la dependienta.
Me cobró y salí de la tienda, mis preciosos calzoncillos ahora estaban tapados, ya no sería el centro de atención y la envidia de todos.
Monté en mi barco pirata para asfalto y partí.
La mayoría de la gente me pitaba.
-¡Domingueros! -les grité.
Encendí los cañones y disparé contra ellos, abría el paso a explosiones. Entonces aparqué el barco y seguí a pata, que si no abusamos de historias de piratas.
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