miércoles, 5 de diciembre de 2012

El No-Escogido (Fanfic Dark Souls)

Sentado en aquella oscura celda, el prisionero no podía más que esperar, no podía más que pensar cuando le llegaría la hora y perdería el ultimo vestigio de humanidad que le quedaba. Sus captores no le habían quitado su maltrecha armadura ni el trozo de espada que le quedaba pero sí le habían quitado su dignidad, su dinero, sus tierras y a su familia. Los desgraciados que eran malditos por la marca eran llevados allí a morir y podrirse,sin compasión, encerraban allí a gente de todos los extractos sociales y posiciones para esperar el día en que murieran de nuevo.

Los días pasaban lentos sin la luz. Envidiaba la suerte del preso en la celda al final del pasillo en cuyo techo estaba agujereado y por el cual se filtraban unos pocos rayos de luz. Él quería aquella luz y lloraba por ella, porque le recordaba a su preciada libertad y a la esperanza que ya no tenía. Todas las noches, antes de dormirse entre llantos deseaba haber llegado solo un día después para que le hubieran puesto en aquella celda y le deseaba la muerte al caballero que allí había encerrado.

Un día, poco después del amanecer oyó un golpe seco al fondo del pasillo de piedra, no le quedaban fuerzas para levantarse a ver que era lo que había pasado, pero segundos después vio al otro preso salir corriendo de su celda hacia la salida... hacia la libertad.

La ira que lo consumió en aquel momento fue más poderosa que cualquier cosa que hubiera sentido antes. Ignorando su fatiga se levanto y apartó hacia un lado a su compañero de celda, ya totalmente inhumano de un empujón. Esto no le sentó muy bien ya que intentó atacarle, pero la ira era demasiado poderosa. El preso no solo lo mató, lo agarro de la cabeza y se la destrozó contra los barrotes, intentando gritar para que el prófugo le escuchara. Su voz estaba quebrada y a penas era un hilo, pero consiguió gritar, sin embargo él no le escuchó.

No era justo, solo por un día de diferencia... solo un día y él habría sido el que corriera hacia la libertad en aquel momento. La rabia e impotencia se apoderaron de él y, por fin, encontró algo que atara su mente a la cordura. Huir. Quería huir de aquel agujero, aun sin ayuda, aun sin suerte, aun que no fuera su destino.

Tardo horas en abrir la puerta con la empuñadura de la espada, pero al final, la puerta cedió. Sabía que aunque hubiera salido aun tendría que enfrentarse al demonio que guardaba el patio, pero aquello no le importaba. Si había de morir, que muriera pero no quería permanecer en aquel lugar ni un segundo más.


-No es mi destino-Salió al patio y vio que el demonio no se encontraba allí- Es mi decisión.

Atravesó el patio, la pequeña colina y cuando llegó al borde pudo ver como a lo lejos se desdibujaba la silueta de un ave llevando un bulto. Otra vez llegaba en el momento equivocado. Miró por el precipicio y sonrió. Era una gran caída, pero el ya estaba muerto ¿que era lo peor que podía pasarle? Lento pero seguro, el No-Elegido empezó a descender y, sin saberlo, emprendió un camino tortuoso y largo cuyo fin ni él mismo sabía.

2 comentarios: