domingo, 25 de noviembre de 2012

Lullaby #Noche1 Amanecer

Los siguientes minutos parecieron siglos. No podía creer lo que estaba viendo. Allí frente a mis ojos se encontraba el mismo chico bonachón y desenfadado que había conocido por la mañana.

Al parecer, Bell y el otro tipo explicaron más cosas sobre el torneo, pero yo estaba en shock. Lo que más me molesto es que él ni siquiera dijo nada cuando me vio, ni pareció sorprendido... Simplemente continuó con su comportamiento habitual sin inmutarse.

-Entonces, chico ¿Que clase eliges? -Me inquirió el hombre que venia con Charly- ¿A caso no me estabas escuchando? -Al parecer mi cara de besugo le dio la respuesta antes que mis labios- Lo que imaginaba, Bell solo trae zánganos improductivos...

-Pero suelen dar más juego que los tuyos...-Miró a mi compañero con cierto desprecio- Verás, Luka, hay cinco tipos de clases de participantes en este torneo, cada uno con una habilidad o especialidad... Caballero, Dragón, Serpiente, Torre y Quimera -frente a él aparecieron varios dibujos de los seres que acababa de nombrar- El caballero, maneja espadas y objetos de filo de distinto tipo, además posee una gran velocidad, el Dragón es un especialista de combate a distancia ya sea con pistolas, explosivos o cualquier otra cosa, la Serpiente... -Miró a Charly de reojo- no es lo que parece... suele usar armas poco convencionales y consta de gran movilidad, la Torre es el escudo del equipo, si alguien tiene que llevarse los golpes es él, por eso es la clase que más escasea... Por ultimo la Quimera... -Suspiró e hizo una pausa y me miro con algo que parecía decepción en sus ojos- no creo que haga falta explicarte en qué consiste, no podrias hacer ese papel aun que quisieras...

-¿Por qué no?-Pregunté con curiosidad- Bueno, en general dudo que pueda hacer ninguno... ¿pero por qué es ese especial?

-Porque solo ha habido tres Quimeras en el torneo desde su fundación -Desvió la mirada hacia la nada y mirando algún punto a su izquierda contestó- Te falta algo que esas tres personas compartían... -Se giró hacia mi con una sonrisa maniática- Sed de sangre...

Un escalofrió recorrió mi espalda ¿Sed de sangre?¿A caso se permitía el asesinato en esa competencia? Mientras rumiaba aquello, Bell seguía diciéndome algunas cualidades de las clases y después me volvió a preguntar cual prefería.

-Si te digo la verdad preferiría que fueras Caballero... es lo que mejor se me da a mi, así que seria más fácil usar la "posesión" en los combates, pero en realidad podrías coger cualquiera de las otras, no soy como el inútil de Ten-ten que solo sabe hacer de Serpiente o de Torre, puedo hacer de apoyo de cualquier clase-Fue a abrir una puerta al fondo de la sala-Quizás tener un arma en la mano te ayude a decidirte...

Cuando la puerta se abrió de par en par vi una vasta armería llena de estatuas de héroes y vitrinas sujetando armas de distintos tipos... Hachas, lanzas, látigos, espadas rectas y curvas, cuchillos, arcos, pistolas y casi cualquier artefacto capaz de arrebatar un vida que puedas imaginar... y algunos que no.

Cada arma parecía más mortífera que la anterior, y cuando creía que llegábamos al final vi una que me llamó especialmente la atención. Una afilada espada samurai cuyas ondas parecían llamas de acero sobre el estilizado filo. La empuñadura estaba decorada con motivos siniestros y no parecía haber ninguna vaina que la guardara. Me acerque para leer la inscripción de su filo. Yo no sabia japonés pero supuse que como era un sueño sería capaz de entender lo que ponía y al parecer no me equivocaba.

El grabado rezaba "Esta es la espada que mata los sueños ajenos para cumplir los propios" Aquellas letras me inspiraron una gran fascinación y al parecer eso agradó a Belphegor, porque sonrió y se me acerco por la espalda justo cuando estaba levantando la mano para empuñar aquella arma.

-Muramasa Kirikaze, la espada para herir...-dijo parando mi mano- ¿Seguro que quieres usar esa arma? Es una espada egoísta y sin escrúpulos, una vez agarra a su dueño no lo deja ir... -Hizo una pausa- Ni este mundo ni en el tuyo.

-¿Que quieres decir?-Pregunté. Tenia curiosidad por aquella arma tan curiosa y su procedencia- ¿Es algún tipo de espada maldita?

-Algo por el estilo-Dijo Bell- El herrero Muramasa, con ayuda de los espíritus de sus ancestros, forjó seis espadas malditas... Tres fueron destruidas y dos de las otras tres están perdidas -Sostuvo la espada por el lomo del filo y la contempló como quien observa un cuadro de gran belleza- Este no es la espada real, es su representación en este mundo... Pero si la coges, en cuanto vuelvas a tu mundo, ella te encontrará para que seas su dueño tanto en este mundo como en el tuyo-Me ofreció la empuñadura- ¿Aun la quieres?

-Yo... -Me sorprendió escuchar todo aquello y dudé de por qué estaba haciendo todo aquello. Nada de esa alocada competición tenia nada que ver conmigo, yo solo era un chico normal sin ningún interés, que ni siquiera había tocado un arma en su vida pero por alguna razón mis dedos se deslizaron por la empuñadura- Acepto -Sentí una ráfaga de energía corriendo por mi cuerpo, puede que no fuera real pero en ese mismo instante me sentí más vivo de lo que me había sentido jamás.-

-Parece que le has gustado... Serás un caballero estupendo.-Sus ojos taimados me miraron con agrado sus labios sonrieron- Ahora tienes que volver a tu mundo. Tienes hasta el lunes para prepararte. Entonces empezará la competición.

-Antes de volver hay algo que tengo que preguntar-Mis ojos apenas se podían mantener abiertos-¿Por qué yo? Hay miles de personas mejores para estas cosas...

-Te lo diré si ganas el torneo-se termino su ginebra y sonrió enseñando sus afilados colmillos- Hasta la vista, chico.

Con el sonido de su risa me quedé dormido en ese mismo lugar aun preguntándome miles de cosas sobre lo que había pasado aquella noche.

1 comentario:

  1. Todo se pone más interesante. Tengo ganas de que empiece lo bueno. La historia de la espada pinta interesante.

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