Salimos de la enfermería.
El pasillo estaba ahora más oscuro que antes. Avanzamos sigilosamente.
Al pasar por la ventana rota no pude evitar mirar por ella y vi un gran número de zombies.
-Gracias por todo,Checo.-dije muy bajito.
Llegamos a la entrada también vacía.
-¿Dónde estarán?Aunque así es mejor.
-Si.
Salimos del instituto.
La noche se había vuelto a apoderar de la ciudad y a penas se podía ver por donde se caminaba.
Avanzamos por las calles en busca de algún coche,moto u otro vehículo que nos sirviera para salir de la ciudad.
Tuve que acabar con algún que otro zombie, pero nada de lo que preocuparse.
Andamos mucho sin importar a donde, solo nos interesaba una cosa: escapar de la ciudad y que se acabase la pesadilla.
Acabamos llegando a una calle llena de zombies.
-¡Son demasiados!-dijo Milla.
-¡Corre!
Nos metimos por otra calle, primero a la izquierda, luego a la derecha, otra vez a la derecha y luego a la izquierda.
Tuvimos que parar, Milla no dejaba de toser, le costaba respirar y le dolía mucho el brazo derecho.
-¿Estás bien?
-Si.-dijo entre toses.-Se me pasa en seguida.
Fui a verle el brazo, pero se apartó. Me ocultaba algo.
Cuando se le paso la tos continuamos hasta que llegamos a un gran cruce.
Milla no podía dejar de toser, casi se estaba ahogando.
-¡Milla!-le dije preocupado acercándome a ella ahora de rodilla en el suelo.
Un gesto de dolor le recorrió la cara cuando termino de toser. Se toco el brazo.
-Tengo que contarte algo.
Zombies, muchos zombies se dirigían hacia nosotros desde las cuatro direcciones del cruce.
-¡Mas tarde!¡Tenemos que huir!
-Es demasiado tarde.Ya no importa.
Sentí una fuerte punzada en la herida.
-Te he estado ocultado una cosa, y es esto.
Se subió la manga derecha y vi que llevaba una venda.Estaba ensangrentada.
-¿Cómo te has hecho eso?
-Llegando al instituto.
-¿Con qué?
-Ese es le problema...
-¿No habrá.....?
-Si.-dijo quitándose la venda.
Reveló una herida de un mordisco. La piel alrededor de la herida estaba putrefacta y asquerosa.
-No puede ser.
-Pensaba pedirte que acabaras conmigo antes de que me afectase, pero estabas tan feliz de verme que no fui capaz de decírtelo y entonces....entonces tú...
-¡Te bese!-dije sorprendido llevándome la mano a la boca y tocándome le labio.
-Lo más probable es que la saliva sea un medio de de contagio.
No me lo podía creer. Todo lo que había luchado para nada. Por simplemente darle un beso a alguien. Me sentía la persona más estúpida del mundo.
Los zombies estaban ya cerca.
-Hazlo y liberame. Por favor.
Levanté la pistola y le apunté. Vi como cerraba los ojos y lloraba. Yo también los cerré y sentí como mis lágrimas caían por la cara.
-Lo siento y gracias.-me dijo.
-Me alegra haberte visto una última vez.
Dudé unos instantes, pero luego lo hice, disparé.
Abrí los ojos y la vi tirada en el suelo. Inmóvil.
Me vine a abajo.
Los zombies estaban cada vez más cerca.
Después de todo lo, no había hecho nada útil, ni nada glorioso, simplemente habéis estado huyendo y esta sería la última vez que lo haría: cerré los ojos y pensé en todos. Me puse la pistola en la sien.
-Nos reuniremos pronto.
Apreté el gatillo. No paso nada. Me había quedado sin balas. Busqué en mis bolsillos en busca de más, pero no quedaban.
-Si así ha de ser....
Nadie en la ciudad había sobrevivido, ¿por qué yo si iba a conseguirlo? Había sido un iluso, me había engañado. Debería haber dejado que el primera zombie que apareció por la puerta de mi casa y acabase conmigo, pero fui un cobarde, un cobarde que luchó.
Esperé a que los zombies llegasen, me cogieran y sin dudarlo un segundo me mordieron y empezaron a devorarme.
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