viernes, 14 de septiembre de 2012

Outbreak XXVIII

Salimos de la enfermería.
El pasillo estaba ahora más oscuro que antes. Avanzamos sigilosamente.

Al pasar por la ventana rota no pude evitar mirar por ella y vi un gran número de zombies.

-Gracias por todo,Checo.-dije muy bajito.

Llegamos a la entrada también vacía.

-¿Dónde estarán?Aunque así es mejor.
-Si.

Salimos del instituto.
La noche se había vuelto a apoderar de la ciudad y a penas se podía ver por donde se caminaba.

Avanzamos por las calles en busca de algún coche,moto u otro vehículo que nos sirviera para salir de la ciudad.
Tuve que acabar con algún que otro zombie, pero nada de lo que preocuparse.

Andamos mucho sin importar a donde, solo nos interesaba una cosa: escapar de la ciudad y que se acabase la pesadilla.

Acabamos llegando a una calle llena de zombies.

-¡Son demasiados!-dijo Milla.
-¡Corre!

Nos metimos por otra calle, primero a la izquierda, luego a la derecha, otra vez a la derecha y luego a la izquierda.

Tuvimos que parar, Milla no dejaba de toser, le costaba respirar y le dolía mucho el brazo derecho.

-¿Estás bien?
-Si.-dijo entre toses.-Se me pasa en seguida.

Fui a verle el brazo, pero se apartó. Me ocultaba algo.

Cuando se le paso la tos continuamos hasta que llegamos a un gran cruce.

Milla no podía dejar de toser, casi se estaba ahogando.

-¡Milla!-le dije preocupado  acercándome a ella ahora de rodilla en el suelo.

Un gesto de dolor le recorrió la cara cuando termino de toser. Se toco el brazo.

-Tengo que contarte algo.

Zombies, muchos zombies se dirigían hacia nosotros desde las cuatro direcciones del cruce.

-¡Mas tarde!¡Tenemos que huir!
-Es demasiado tarde.Ya no importa.

Sentí una fuerte punzada en la herida.

-Te he estado ocultado una cosa, y es esto.

Se subió la manga derecha y vi que llevaba una venda.Estaba ensangrentada.

-¿Cómo te has hecho eso?
-Llegando al instituto.
-¿Con qué?
-Ese es le problema...
-¿No habrá.....?
-Si.-dijo quitándose la venda.

Reveló una herida de un mordisco. La piel alrededor de la herida estaba putrefacta y asquerosa.

-No puede ser.
-Pensaba pedirte que acabaras conmigo antes de que me afectase, pero estabas tan feliz de verme que no fui capaz de decírtelo y entonces....entonces tú...
-¡Te bese!-dije sorprendido llevándome la mano a la boca y tocándome le labio.
-Lo más probable es que la saliva sea un medio de de contagio.

No me lo podía creer. Todo lo que había luchado para nada. Por simplemente darle un beso a alguien. Me sentía la persona más estúpida del mundo.

Los zombies estaban ya cerca.

-Hazlo y liberame. Por favor.

Levanté la pistola y le apunté. Vi como cerraba los ojos y lloraba. Yo también los cerré y sentí como mis lágrimas caían por la cara.

-Lo siento y gracias.-me dijo.
-Me alegra haberte visto una última vez.

Dudé unos instantes, pero luego lo hice, disparé.
Abrí los ojos y la vi tirada en el suelo. Inmóvil.
Me vine a abajo.

Los zombies estaban cada vez más cerca.

Después de todo lo, no había hecho nada útil, ni nada glorioso, simplemente habéis estado huyendo y esta sería la última vez que lo haría: cerré los ojos y pensé en todos. Me puse la pistola en la sien.

-Nos reuniremos pronto.

Apreté el gatillo. No paso nada. Me había quedado sin balas. Busqué en mis bolsillos en busca de más, pero no quedaban.

-Si así ha de ser....

Nadie en la ciudad había sobrevivido, ¿por qué yo si iba a conseguirlo? Había sido un iluso, me había engañado. Debería haber dejado que el primera zombie que apareció por la puerta de mi casa y acabase conmigo, pero fui un cobarde, un cobarde que luchó.

Esperé a que los zombies llegasen, me cogieran y sin dudarlo un segundo me mordieron y empezaron a devorarme.

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