viernes, 7 de septiembre de 2012

Outbreak XXIII

Con la corbata de Checo consiguieron cortarme la hemorragia.

-Tenemos que llegar al instituto cuanto antes.-dijo Checo terminando de apretarme la corbata en el brazo.

No dejaba de sentir un hormigueo en el brazo y un fuerte dolor en el hombro.

Nos pusimos en marcha ya que no quedaba mucho para llegar y solo debíamos avanzar con la preocupación de algunos zombies.

Llegamos la instituto. Estábamos enfrente. Era un edificio grande con forma de T, dos plantas y una fachada imponente y vieja aunque restaurada no hace mucho.
Aunque fuera de día no tenía el aspecto de siempre: era más imponente y terrorífico

-Nada no se abre.-dijo Nadia
-Podemos colarnos por el patio. La valla no es muy alta,podremos hacerlo sin problemas.
¿Y tu brazo?-me preguntó Checo.
-No importa.Puedo hacer con uno.

Me miró seriamente como para que no lo hiciera,pero no me importó.

Rodeamos el edificio y llegamos al inmenso patio, en otro momento radiante, pero ahora siniestro e inquietante.

La valla media un poco más que nosotros, unos dos metros y medio de alto o así.
Checo apoyó el pie donde pudo, esquivó el acabado en punta de la valla y luego salto dentro.

-Ahora tú.-le dije a Nadia.
-¿Seguro?
-Completamente.Venga.

Nadia subió con cierta dificultad y una vez arriba Checo le ayudó a bajar.
Ahora me tocaba a mí.Tenía que usar la mano izquierda lo menos posible, y lo estaba consiguiendo cuando estaba a punto de llegar arriba y el pie se me resbalo y tuve que usar la mano izquierda.

El movimiento fue muy brusco, tanto que la herida empezó de nuevo a sangrar y el dolor y el hormigueo eran mas punzantes.

Me centré en saltar la valla.Ya proteger el brazo y no moverlo poco importaban.

-Tenemos que hacerte las curas del brazo ya.-dijo Nadia apremiante.

Checo me quitó la corbata y me la volvió a poner otra vez más fuerte que antes.

-No sirve de nada.No deja de sangrar.
-Vayamos a la enfermería. Seguidme.-les dije.

El hormigueo se intensifica y empecé a tener calor y un poco de fatiga. Me preocupaba.

Atravesamos el patio hacia la parte delantera del edificio.

Intentamos abrir la puerta, pero estaba cerrada. Checo, supongo que cansado, golpeo el gran cristal de la puerta con la culata del rifle y se vino a bajo entero tras un par de golpes bien dados.

Todo en el interior estaba oscuro.

Metió la mano y abrió.
-¿Cómo lo has hecho?-le pregunté.
-Las llaves estaban puestas.

No pudimos hablar más, la puerta se abrió de par en par y salieron varios zombies. Estos eran un poco diferentes, eran más rápidos y sus destrozadas y putrefactas caras me eran familiares.

-¡Son mis profesores!-dije disparándoles.
-¡Recuerdame que no me matricule aquí el próximo curso!

Acabamos con el último que quedaba y entramos.
Todo estaba muy oscuro y cada paso que dábamos rebotaba en las paredes y producían un eco que no nos permitía tranquilizarnos.
No quedaba ningún zombie a la vista.

Avanzamos con cautela y guiados por mí giramos a la derecha hacía el gran pasillo lleno de ventanas a un lado y puertas al otro.

-Esta es.-dije parándome delante de la puerta con un letrero al lado donde se leía "Enfermería".

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