sábado, 22 de septiembre de 2012

La busqueda de los elementos #3

El castillo medía aproximadamente 80 metros y era el más grande del reino puesto que estaba en la capital. Tenía tres torres, dos de la misma altura correspondientes a Mudi y a su hermano, y la otra era más grande y correspondía a los cuartos del rey y la reina de Mudia. En el lado derecho del castillo se situaba el establo, donde guardaban a los caballos. Era también el castillo con mejor defensa del reino puesto que sus ladrillos estaban encantados y tenían una defensa de hierro. Por eso es reconocido como uno de los castillos más inexpugnables de todo el continente de tona. 


El camino para llegar fue bastante corto o al menos eso fue  lo que pensaron Pedro y Chesnir ya que al llegar al establo, Mudi, no paraba de jadear del cansancio. Recorrieron el jardín del castillo esquivando a guardias hasta llegar finalmente a la puerta del establo. La abrieron sigilosamente no sin antes comprobar si había alguien detrás de ella. Pedro se tapó la nariz al oler el repugnante olor procedente de las necesidades de los caballos y Mudi hizo lo mismo. Mudi le indicó que le siguiera y él la siguió hasta llegar a donde reposaban dos caballos, una yegua y el otro era uno normal. La yegua era blanca, pero en el cuello tenía una mancha marrón muy larga y el otro caballo era marrón entero y muy robusto.

-Estos son los dos caballos que utilizaremos en nuestra travesía. Son pareja-dijo ella muy contenta.
-Supongo que yo conduciré al caballo, ¿no?
-Claro que sí y yo a la yegua.
De repente los dos se sobresaltaron al oír un ruido de una puerta abriéndose. Se miraron y se escondieron debajo de la paja con la mala suerte de que Pedro se chocó con una hez y por poco se le escapa un grito de asco. Un muchacho joven mayor que Pedro entró donde estaban ellos y acaricio a la yegua.
-¿Dónde estarás Mudi? Estamos muy preocupados por ti…-dijo él con un tono triste.
-¡Hiiiiiiiiiii!-relinchó la yegua tratando de indicarle al muchacho de que Mudi estaba ahí.
Mudi asomó la cabeza y se sorprendió de ver a su hermano y le indicó a la yegua que se callara.
-Esta yegua me recuerda a ella…Le encantabas tanto…-dijo él meditando unos instantes y se fue.
-¡Al fin podemos salir!-dijo Pedro invocando una pequeña corriente de agua alrededor suya para limpiarse y a continuación agachándose por el esfuerzo- por cierto, ¿Quién era ese?
-Sabes que no deberías utilizar hechizos elementales, gastan mucha energía, ¿sabes? Y por cierto era mi hermano…- contestó ella triste.
-¿Tienes un hermano?-preguntó él curioso bebiendo un trago de elixir mágico.
-Si…
-¿Qué te pasa? No me digas que te da pena abandonar el castillo y  vas a abandonar ahora.
-¡No abandonaré!-gritó ella pensando en que si volvía tendría que volver a aguantar a sus  mentores.
-Ah vale, menos mal…Bueno cojamos ya a los caballos y larguémonos de aquí- dijo Pedro aliviado por la respuesta y montándose encima del caballo.
Mudi se montó encima del caballo y juntos, y seguidos por Chesnir, abandonaron el castillo otra vez con el mismo sigilo de antes.

1 comentario:

  1. El autor de "La búsqueda de los elementos" es @bakajoder . El cual no podrá escribir mucho de ahora en adelante, pero me mandó varios capítulos así que hay para unas semanas.

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