El castillo medía aproximadamente 80 metros y era el más
grande del reino puesto que estaba en la capital. Tenía tres torres, dos de la
misma altura correspondientes a Mudi y a su hermano, y la otra era más grande y
correspondía a los cuartos del rey y la reina de Mudia. En el lado derecho del
castillo se situaba el establo, donde guardaban a los caballos. Era también el
castillo con mejor defensa del reino puesto que sus ladrillos estaban
encantados y tenían una defensa de hierro. Por eso es reconocido como uno de
los castillos más inexpugnables de todo el continente de tona.
El camino para
llegar fue bastante corto o al menos eso fue lo que pensaron Pedro y Chesnir ya que al
llegar al establo, Mudi, no paraba de jadear del cansancio. Recorrieron el jardín
del castillo esquivando a guardias hasta llegar finalmente a la puerta del
establo. La abrieron sigilosamente no sin antes comprobar si había alguien
detrás de ella. Pedro se tapó la nariz al oler el repugnante olor procedente de
las necesidades de los caballos y Mudi hizo lo mismo. Mudi le indicó que le
siguiera y él la siguió hasta llegar a donde reposaban dos caballos, una yegua
y el otro era uno normal. La yegua era blanca, pero en el cuello tenía una
mancha marrón muy larga y el otro caballo era marrón entero y muy robusto.
-Estos son los dos caballos que utilizaremos en nuestra
travesía. Son pareja-dijo ella muy contenta.
-Supongo que yo conduciré al caballo, ¿no?
-Claro que sí y yo a la yegua.
De repente los dos se sobresaltaron al oír un ruido de una
puerta abriéndose. Se miraron y se escondieron debajo de la paja con la mala
suerte de que Pedro se chocó con una hez y por poco se le escapa un grito de
asco. Un muchacho joven mayor que Pedro entró donde estaban ellos y acaricio a
la yegua.
-¿Dónde estarás Mudi? Estamos muy preocupados por ti…-dijo
él con un tono triste.
-¡Hiiiiiiiiiii!-relinchó la yegua tratando de indicarle al
muchacho de que Mudi estaba ahí.
Mudi asomó la cabeza y se sorprendió de ver a su hermano y
le indicó a la yegua que se callara.
-Esta yegua me recuerda a ella…Le encantabas tanto…-dijo él
meditando unos instantes y se fue.
-¡Al fin podemos salir!-dijo Pedro invocando una pequeña
corriente de agua alrededor suya para limpiarse y a continuación agachándose
por el esfuerzo- por cierto, ¿Quién era ese?
-Sabes que no deberías utilizar hechizos elementales, gastan
mucha energía, ¿sabes? Y por cierto era mi hermano…- contestó ella triste.
-¿Tienes un hermano?-preguntó él curioso bebiendo un trago
de elixir mágico.
-Si…
-¿Qué te pasa? No me digas que te da pena abandonar el
castillo y vas a abandonar ahora.
-¡No abandonaré!-gritó ella pensando en que si volvía
tendría que volver a aguantar a sus
mentores.
-Ah vale, menos mal…Bueno cojamos ya a los caballos y
larguémonos de aquí- dijo Pedro aliviado por la respuesta y montándose encima
del caballo.
Mudi se montó encima del caballo y juntos, y seguidos por Chesnir,
abandonaron el castillo otra vez con el mismo sigilo de antes.
El autor de "La búsqueda de los elementos" es @bakajoder . El cual no podrá escribir mucho de ahora en adelante, pero me mandó varios capítulos así que hay para unas semanas.
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