viernes, 10 de agosto de 2012

Outbreak XV

Un zombie diferente había aparecido y no lo estaba poniendo fácil.

-Va a ser un hueso duro de roer y eso lo hace más divertido. -dijo Eddie riendo.
-Lo sería si fuese el único, pero esto esta cada vez más lleno.
-Tú encargarte de los pequeños que el grande es mío.



No me dejo responderle. Echo a correr hacía las gradas disparando a la criatura para llamar su atención, cosa que consiguió.

Mientras yo intentaba reducir el número de zombies con mi pistola mejorada, aunque para nada era tan potente como una pistola de verdad, combinándola con el bate de béisbol conseguía buenos resultados.

La lucha continuo unos minutos hasta que de repente escuché a Eddie gritar. Miré a las gradas: el monstruo había cogido a Eddie con los brazos y se disponía a darle un mordisco.

Corrí todo lo que pude hacia las gradas y afortunadamente de un disparo hecho por suerte le dí en la cara, lo que hizo que soltara a Eddie.

La criatura profirió un grito que se extendió por toda la cancha y el eco lo mantuvo unos segundos en el aire.

-Gracias, tio -dijo Eddie recogiendo sus pistolas del suelo y reincorporándose.
-¡Ya me las darás luego!¡Aprovecha ahora!

Eddie disparó un par de veces en el pecho de la criatura que cayó al suelo abatida.

-¡Lo hemos conseguido!-me dijo poniéndome la mano para chocarla.
-¡Sí!-le respondí chocandosela.
-ahora bajemos al garaje.Es la hora de irnos.

-¡¡Cuidado!! -me dijo Eddie mientras me empujaba cuando acabábamos de bajar las escaleras.

Antes de caer al suelo vi perfectamente como el monstruo cogía con los brazo  a Eddie, al que se le cayeron las pistolas, y le mordió. Eddie grito.

-¡¡Nooooooooo!!-grité.

Lanzó a Eddie que cayó al suelo sobre varias asientos arrancados.Eddie volvió a gritar.

Me levanté del suelo y recogí las pistolas del suelo y las utilicé para acabar con el monstruo. Una vez cayó al suelo recogí el bate y lo golpeé una y otra vez sin parar.

-Max....para...-me dijo Eddie poniéndose de pie.

Paré y me acerqué a él. Se tapaba con la mano el mordisco que no dejaba de sangrar y la sangre se filtraba a través de sus dedos.

Le ayudé a sentarse.

-Lo...los siento.Ha sido culpa mía...... Debería haber estado más atento.

Estaba llorando. Lo conocía de hace poco, pero estaba llorando como si lo conociera de hace mucho.

-No es culpa tuya-me dijo Eddie con cara de dolor.
-¿Por qué lo has hecho?Eres mejor que yo, si alguien tenía que sobrevivir eras tú.
-Instinto supongo.Además, me caes bien.

No me lo podía creer. Lloré con más fuerza si cabía.

-Quiero que cuides con los demás. Por ello te doy una de mis pistolas. Cuidala bien.

Asentí y le devolví una de las pistolas, pero la rechazó.

-Solo te voy a pedir una cosa.
-Dime.
-No quiero ser uno de ellos, usa la que no te vayas a quedar y luego déjala conmigo.

Intenté responderle, pero no me dejó. Cogió mi mano, se apuntó él mismo a la cabeza.

-Gracias por todo.-me dijo.

Y empujó mi dedo que estaba en el gatillo.

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