Tenía ante mí a un loco con un cuchillo que había cogido a una chica para hacer quien sabe que.
-¡Sueltala!
-¿Y qué gano a cambio?-preguntó pasando el cuchillo por la cara y el cuello de la chica que lloró y grito.
Titubeé.No tenía nada que ofrecer.
-¿Nada?Me lo imaginaba.Vete si no quieres ser el siguiente.-dijo centrándose en ella.
-A mí.
-¿Cómo?-preguntó volviendo a mirarme.
-Te quedas conmigo.La sueltas y yo le dejo que me haga lo que quiera.
Tenía ante mí a un loco con un cuchillo que había cogido a una chica para hacer quien sabe que.
-¡Sueltala!
-¿Y qué gano a cambio?-preguntó pasando el cuchillo por la cara y el cuello de la chica que lloró y grito.
Titubeé.No tenía nada que ofrecer.
-¿Nada?Me lo imaginaba.Vete si no quieres ser el siguiente.-dijo centrándose en ella.
-A mí.
-¿Cómo?-preguntó volviendo a mirarme.
-Te quedas conmigo.La sueltas y yo le dejo que me haga lo que quiera.
Tiré la tubería y le di una patada para acercársela para demostrarle que iba en serio.
-¡Noooo!-dijo la chica sorprendida.-¡Huye tú que puedes!
-¡Calla!-le dijo agitándola.
Se lo pensó unos segundos.
Soltó a a chica, que cayo al suelo de rodillas.
Se acercaba hacía mi.
-¿Lo que quiera?
-Lo que quieras
Chupó el cuchillo que tenía un poco de sangre y luego se pasó la lengua por el labio superior.
Tragué saliva.
Estaba a unos pasos de mí, cada vez más cerca cuando de repente cayo al suelo fulminado y vi detrás de él a la chica con la tubería en la mano.
-Gracias-dije respirando tranquilamente y cayendo al suelo.Me temblaban las piernas.
-Gracias a ti.¿Por qué lo has hecho?-dijo sentándose a mi lado.
-No lo sé.Fue instintivo.
-Muchas gracias.
Me dio un beso en la mejilla y me debí de poner colorado, porque empezó a reírse.
Me puse en pie y le ayude a ella.
Me fije en ella: tendría más o menos mi edad, con los ojos verdes y era pelirroja.
-Me llamo Max
-Yo Nadia
-Vayamonos antes de que se despierte.
Asintió con la cabeza.
Salimos a la recepción
-¿A dónde vamos?-me preguntó
-Yo tengo que ir a mi instituto.Una amiga me ha llamado y me ha dicho que esta allí
-Pues vayamos.
-¿Estás segura?
-Si.Te debo una.
Salimos del hotel y saqué la linterna para alumbrar la calle. Estaba igual que las otras por las que había pasado, destrozada y con varios coches estrellados.
-¿ Sabes donde estamos?-Le pregunté.
-Sí.
-Menos mal. Yo no.
-Sígueme, yo te guío.
Echo a andar y yo la seguí. Avanzábamos prudentemente por las oscuras calles y sí algún zombie aparecía, ella retrocedía y dejaba que yo me encargase de él.
Seguimos avanzando hasta que llegamos a una calle que ya conocía.
-Esta parte ya me suena.-dije.
De repente se escucharon numerosas pisadas y ante nosotros apareció una enorme jauría de perros.
-Esto pinta mal.
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