viernes, 6 de julio de 2012

Outbreak V

Me levanté rápidamente y cogí del suelo el cuchillo que me había lanzado mi madre.
Eche a correr hacia la salida pero estaba llena de zombies, así que recordando lo que llevaba en el bolsillo corrí hacia las escaleras del garaje esquivando a los zombies.

Mientras corría no paraba de darle vueltas al tema de que mi madre se hubiese sacrificado para salvarme,simplemente no me lo podía creer. Lo mejor hubiese sido que me hubiesen mordido a mi también y toda esta pesadilla hubiera terminado.

Abrí la puerta y entre en el garaje.Solo funcionaban las luces de emergencias, lo que le daba un aspecto más oscuro y siniestro que de costumbre.

Corrí hacia mi coche,pero a unos pocos metros,de entre los coches saltó un perro qué tenía un aspecto igual o pero que los demás zombies.
Involuntariamente y como acto reflejo eche a correr en dirección contraria,pero me alcanzó rápidamente y si no llega a ser porque me tropecé, tras el salto que dio se me hubiera tirado encima y devorado. Durante la caída se me cayeron el bate y el cuchillo.
El perro esta enfrente mía, gruñía y estaba acercándose poco a poco con pasos cortos hacía mi,su presa.De repente se paró, se puso en posición de ataque y salto hacía mi. Cerré los ojo.Solo esperé que fuese rápido.
A los pocos segundos de no sentir nada abrí los ojos lentamente y vi delante mía, dándome la espalda a la última persona que me hubiese querido encontrar,aunque aún así me sentía aliviado. Tenía el bate en una mano y el cuchillo en la otra. Había mandado al perro lejos de un fuerte golpe.

-Ya puedes darme las gracias,Maxiperdedor.-dijo girándose un para para que le viera la cara, estaba sonriéndome socarronamente.
-¡ Llámame por mi nombre!¡Y nunca te daré las gracias,Ale!

Ale o Alejandro me había hecho la vida imposible siempre, metiéndose conmigo,poniendo a la gente en mi contra y extendiendo rumores falsos sobre mí.
El aprecio del uno por el otro era recíproco desde la primera vez que nos vimos.Lo que la mayoría de las veces no llevaba a competir.

El perro volvió a a lanzarse contra nosotros, pero Ale le dio un golpe con el bate hacía arriba y le clavo el cuchillo en el pecho hasta dejárselo incrustado.
El perro cayo al suelo con un quejido lastimero e intento volverse a ponerse en pie,pero Ale, antes de que lo hiciera le propino un par de golpes en la cabeza que acabaron con él.

-Venga Maxiperdedor,dilo.Es fácil.
-Nunca.-dije levantándome.
-Tengo la sartén por el mango.-dijo apuntándome con el bate.
-¿Eso es una amenaza?-dije apartando el bate con la mano.
-Tú estas desarmado y yo no.Piensa un poco.Discurre.
-Devuélvemelo.
-Sueñas.

Se dio la vuelto y se dirigió hacia su moto.En el camino,ví que en el brazo tenía un trozo de tela tapando una herida que sangraba.

-¿Qué te ha pasado en el brazo?
-Nada que te incumba.-dijo montándose en la moto y luego tapándose la herida.
-Te han mordido,¿verdad?
-Piérdete.

Arrancó la moto y se fue no sin antes dedicarme un corte de manga.

Era imposible tratar con él, desde siempre y no dejaba que nadie se preocupara por él. Pero esta vez ya era tarde: Solo era cuestión de tiempo que acabará igual que los demás convertido en zombie, deambulando por las calles sin rumbo.

Me fui hasta el coche de mi padre,saqué las llaves del bolsillo,abrí el coche y me senté dentro. Respiré profundamente. Aún no tenía el carnet, pero esperaba que las clases prácticas que me había dado fueran suficiente para llevar el coche.
Finalmente arranqué y salí del garaje.Era hora de irse, no sabía a donde,pero lo más lejos de donde estaba.

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