martes, 31 de enero de 2012

El Demonio y la Princesa. Acto VI

-¿Queréis decir que Yasutianu-sama fue el demonio que atacó vuestra nación y ahora debe reconsturu-irura él con vos?
-Algo así… Yo tampoco he entendido del todo la historia aún. Pero el pacto es el pacto y la guerra es la guerra

 Los dos príncipes humanos conversaban durante la comida. El infernal había “salido a dar una vuelta”.

-Comprendo. Kavira apareció hace unos años por Numinaki. Mi padre la acogió cuando los sacerdotes iban a exorcizar-ura ella y ella re ofreció el pacto. Ahora vive con nosotros y nos ayuda en la dipuromacia hasta que yo suba al trono.
-¿Apareció? ¿Cómo que apareció?

 El príncipe cogió con los palillos un filete de carne cruda y lo mojó en una salsa. Vicky no terminaba de entender el gusto de los numinakenses por la comida cruda.

-Unos sacerdotes la encontraron disfurazada de humana en una taberna de la ciudad capital y…
-No, no me refiero a eso… es… ¿Cómo hacen los demonios para aparecerse en nuestro mundo ¿Tan fácil es?
-¡Todo lo contrario! Es muy compuricado. Necesitan que una “fuerza” les “empuje”, da igual si es de allí o de aquí.
-¿Una fuerza…?
-Que les invoquen o que les turansporut…

 De repente el príncipe se puso pálido y se curvó en un ademán de vómito. Empezó a toser y con la tos salió una extraña sustancia negra, como si fuera brea.

-¿Naguta? ¿¿Estás bien??

****

 El techo de palacio era un lugar espectacular. La luz del sol en el horizonte, ya prácticamente oculto tras el mar, se reflejaba levemente contra las tejas lacadas de color azul verdoso. Por desgracia ningún humano podría subirse allí normalmente. Pero, claro, la figura que disfrutaba de este paisaje no era humana. Y mucho menos la que asomó la cabeza por una de las cornisas.

-¿Kávira? Jeje… Tenemos que hablar…
-¿No te cansas nunca de hacer chistes?

 El demonio dio un salto mortal y se colocó por fin en el tejado. Kávira seguía sin mirarle. El sonreía irónico, como siempre.

-Jejeje… ¿Así que aún te acuerdas no? Aquella última conversación en mi jardín…

 Kávira no le contestó. Y tampoco le miró.

-Admítelo chica ¿Te viniste a este mundo a buscarme verdad?
-Todos supimos cuando fuiste derrotado, Jastian. No se puede imponer un sello a un príncipe demonio sin que la magia del Inframundo se altere. Vine a buscarte a órdenes de tu padre, porque sabía que yo… lo haría mejor que otros demonios.
-Porque estabas coladita por mí. Y lo sigues estando. Pero ¡Ey! Que sepas que te lo agradezco ¿eh? Después de cómo me dejaste tirado…

 Kávira se giró completamente indignada

-¿Dejarte tirado? ¿¿Dejarte tirado?? ¡Comparado con lo que tú me hiciste a mí! ¿Y qué es eso de que sigo colada por ti? ¡Eso será en tus sueños, Señor Hago Lo Que Me Da La Gana!
-¡Admítelo Kávira, no fui TAN malo! ¡Podría haberte tratado peor, maldita sea!
-Pero… pero… ¡Es que me trataste mal igualmente! ¿De qué me sirve que no lo hicieras peor?
-¡Mira no pienso pasar por esto otr…!

 De repente el demonio fue como elevado por una gigantesca mano invisible y quedó suspendido boca abajo en el aire sobre el tejado. Entonces la magia que había en él se deshizo y desapareció en una nube morada con un -plof-. Kávira interpretó rápidamente lo ocurrido y saltó del tejado, desplegando sus alas negras.

**** 

-¿Pero se puede saber porque me llamas? Estaba en algo importante ¿Sabes?
-¡Es el príncipe Naguta! ¡Le ocurre algo raro!
-Ni que yo fuera médico…
-¡Pero es que es algo de magia! Creo…
-¿Y por qué tengo que mirarlo yo? El tiene a esa diablesa hija de su madre. Seguro que ella lo hace mejor y encima le va a resultar más agradable y todo…
-¡Jastian, maldita sea! ¡Es amigo de mi padre así que sirve para reconstruir el reino! ¡Entra ahí y mira que puedes hacer tú!

 El demonio resopló. Las consecuencias de negarse a algo importante para un pacto eran mucho peores que ser invocado en plena conversación con una exnovia. Entró en la sala con la princesa detrás.

 El príncipe estaba encorvado y completamente pálido. Tosía y se convulsionaba. Todo estaba lleno de la misma sustancia negra. Doncellas y sirvientes intentaban calmarle la agonía pero parecía que ninguna postura le hacía dolerle menos el cuerpo. Nadie sabía lo que le pasaba.

-¿Se puede saber qué diantres…?
-Es un parásito ¿Tanto te ha afectado el sello?

 Kávira cruzó la puerta sin mirar al demonio y se fue a socorrer al príncipe. Vicky se asomó con interés.

-¿Un parásito?
-Unos demonios muy chicos y muy feos que tienen la habilidad de apoderarse de otros cuerpos. Se esconden bien y no tienen porqué matarte tener uno dentro, como le pasa a este. Pero… ¿Qué hace un parásito aquí?

 La diablesa puso al príncipe boca arriba, le abrió la ropa para dejar al descubierto el pecho y dio órdenes de traer agua. Luego puso las manos en una extraña posición y recitó un conjuro que sonó como si susurrara una serpiente. De sus dedos comenzó a manar algo que parecía tinta, sólo que cambiaba del negro al púrpura según desde que punto de vista se mirase. Puso los dedos sobre el pecho del príncipe y empezó a trazar extraños símbolos.

-Ya te lo dije Jastian, muchos supimos cuando te encerraron. Y muchos más supimos cuando te liberaste. Y no todos te quieren tratar igual que yo a ti. Por eso... vine a buscarte a este mundo.
-¿Insinúas que alguien quiere matarme? Si es eso ya lo sabía pero… ¿Quien podría ser? ... No recuerdo a nadie que quisiera matarme...
-Haz memoria Jastian. ¿Ya no te acuerdas? Te odiaba. Mucho más que yo.
-¿Quién?
-Tu hermano.

1 comentario:

  1. CliffHanger!!!!!!!!!!!! Mooola!! Este capitulo te ha quedado genial! Espero con ganas el siguiente :)

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