martes, 1 de noviembre de 2011

Raindrop Forest

El cielo no mentía, estaban a punto de llegar. Puntuales como cada año. Y este año parecía peor que los demás. Además había sido difícil conseguir víveres, así que este año habría que racionar más la comida hasta que pasase la época de las lluvias.

Para el pequeño pueblo situado a la orilla de un río seco en medio de un bosque, la lluvia era un elemento de doble filo, ayuda y atacaba. Lo malo es que las lluvias nunca eran tranquilas y en pequeñas cantidades, sino torrenciales y llegaban a durar meses en el peor de los casos. Esto provocaba que el seco río no solo se llenase, sino que también se desbordarse e inundase el pueblo y también todo el bosque. Lo bueno de las lluvias es que una vez ida el agua dejaban la tierra en las mejores condiciones para que se diese una gran cosecha.



Gracias a los enormes y altos árboles que se levantaban a varios kilómetros sobre el suelo, los habitantes del pueblo tenían un refugio durante la temporadas de lluvias. Los troncos eran muy anchos, tanto que los habían tallado sus casas dentro de ellos. Y para estar conectados los unos con los otros habían creado unos puentes de madera colgantes. Ellos habían llamado al bosque Raindrop Forest.

Sus habitantes eran ya expertos en advertir cuando la lluvia estaba a punto de llegar con solo mirar el cielo y las nubes, y estas daban unas horas para recoger lo necesario, así que no perdieron ni un segundo en trasladar todo lo necesario a sus casas en el interior de los árboles.

Cuando terminaron las primeras gotas ya habían empezado caer, pero sabían que eso solo era el comienzo, poco después las lluvias se intensificaron y volvieron mas fuertes. Por todo el bosque se olía la mezcla de agua de lluvia, tierra mojada y hoja de árboles, un olor para muchos de los habitantes confortante y tranquilizador, pero para los más jóvenes significaba que empezaba su reclusión hasta que las tormentas pasasen.

Se escuchó un fuerte ruido, fue como un trueno, pudo serlo, pero ellos sabían que ese ruido era el agua que fluía a todo velocidad por el cauce del viejo río. Muchos salieron a ver el espectáculo. y vieron como poco a poco el río iba llenándose y luego desbordándose y llenando de agua sus casas que quedarían sumergidas durante una larga temporada.

Todos esperaban con ansía el fin de las lluvias que convertiría el bosque en un gran lago con árboles casi inundados. Algo que todos denominaban como una bella estampa.

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