miércoles, 5 de marzo de 2014

Falta de inspiración

Una vez más el papel blanco esta ante mi, y una vez más, al igual que todas la veces anteriores, parece reírse de mi al mostrarme su superficie impoluta, limpia y libre de la más mínima gota de tinta. Mi mano alza la pluma y se dispone a garabatear sobre el papel, pero como siempre, esta batalla no la gano yo, la gana el papel que continua inmaculado.



Cada vez que miro el papel e intento ver que historia podría guardar, que secretos hospedar, mi mente comienza una batalla en el que todas las partes son perdedoras, nada se obtiene salvo, locura, la idea de no poder escribir de nuevo, pensar que la inspiración ha desaparecido y no va a volver nunca más. Y mientras, te devanas los sesos en busca de las palabras apropiadas, frases recorren tu mente, frases que por mucho que se intenten plasmar nunca llegan a ninguna parte, quedando solas y abandonadas en un papel que, tras minutos u horas de pensar, ira a la basura, arrugado y maldecido, con alguna palabra escrita, el inicio de algo que pudo ser pero no es.

Inspiración esquiva de los artistas, malvada torturadora cuando no está y dulce agradable amante cuando aparece.

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