sábado, 28 de septiembre de 2013

Lullaby #Noche5 La ira del diablo (Amanecer)

Estábamos solos los dos. Mi padre se sentó en su escritorio y se sirvió una generoso vaso de ginebra, parecía como si estuviera esperando para su ejecución. No hice preguntas, solo me senté frente a él, esperando las respuestas que había prometido. Tuvieron que pasar más de tres vasos de ginebra antes de que abriese la boca.
-¿Alguna vez te has preguntado por que Dios permite que pasen cosas malas si es todopoderoso? -Dijo, lentamente- Eso es porque es el diablo... Literalmente, mi padre debía estar sentado en su trono. Él fue al que el Creador asigno para defender la Tierra, pero Yehova le pasó por encima, haciendo falsas promesas a los hombres y arrancando sus almas de forma ilegitima. Lucifer en aquel entonces, no era como ahora, era un ángel, muy poderoso, de seis alas inmaculadas. Yehova le desafió por el control de los cielos... Él podría haberlo matado, pero su honor se lo impedía, ya que había prometido no dañar a ningún ser vivo ante El Creador. Yehova le atacó a traición y le quemó... Quemó sus alas, su rostro y su cuerpo. Pero no contaba con que no podía destruir un poder tan masivo como el de Lucifer... Cada una de las Alas se convirtió en un ángel... Seis ángeles, todos destinados a caer y volver a su padre -Bell le dio un trago más a su ginebra- Cada uno de nosotros representa un pecado capital. Belial es el orgullo, Belzebú es la pereza, Astaroth es la envidia, Mefistofeles es la gula, Azrael, la codicia y yo, la lujuria. Cada uno de nosotros fue expulsado de los cielos por cometer pecados que no son tal... Pero nuestro padre, solo pecó una vez fue expulsado... él es la Ira... una ira que quiere devastarlo todo, sin excepción. Él quiere destruir el reino de los cielos y expulsar al usurpador. En otras circunstancias le habría apoyado, pero él ya no es Lucifer el bondadoso, sino Satanás... Una vez vuelva a instalarse en el trono, será incluso peor que Yehova... -Se quedó en silencio unos minutos.- Debemos impedir que gane esta competición, por el simple hecho de que si hay alguien que de verdad va a matar a Dios ese soy yo. -El vaso se hizo añicos entre sus dedos- Mi objetivo no es el trono, es la venganza. Sé que tu no quieres ir esto, pero no soy ningún caballero de brillante armadura que actúe por justicia... Quiero que Yehova muera, pero no puedo permitir que mi padre se haga con su trono. ¿Lo entiendes?

No pude sino asentir. Todo aquello me cogió un poco de sorpresa, pero podía entender aquel sentimiento. Aunque tenía serias dudas, sabía lo que significaba todo aquello.

-Entonces... ¿piensas atacar el cielo en cuanto termine el torneo? -Pregunté, algo preocupado.

-No... -Dijo Bell en un susurro- Pienso hacerlo dentro de dos días. Debemos destruir el ejercito de Lucifer mañana, sea como sea... Ya tengo a mis mejores Sombras en ello. Pero necesitamos un ataque frontal. Todos están avisados... Es probable que Amaterasu se oponga, pero puedo convencerla de que se mantenga al margen. No te obligaré a seguirme, ni a ti, ni a ningún médium. Esto será una guerra entre espíritus... Si un ángel mata a un humano, aun en Oniria, muere en ambos mundos...

-No me importa... Eres mi padre y estoy seguro que mamá irá contigo, no puedo dejaros ir vosotros solos. -Dije convencido de mis palabras.- Mañana no será una prueba como la de ayer ¿verdad? Será una batalla campal.

-Así es... he movido los hilos para que así sea... Ahora mismo somos la Alianza más numerosa, incluso más que O'kamirai. Se derramará sangre, pero estoy seguro de que ganaremos... Si conseguimos matar a los mediums durante el Apocrifo, haremos que los espiritus no puedan luchar, por lo que esa noche, nosotros mismos nos encargaremos de rematarlos...

Sonaba a un plan razonable, pero había bastantes riesgos. No sabía que decir de todo aquello, hasta que noté una fria sensación en mi espalda. Me giré y allí estaban Lisa y Los Tres Grandes de la mitología griega. Los cuatro me miraban, a la espera de mi respuesta. Sabían que daba igual lo que ellos decidieran, sin mi aprobación, el plan podía verse boicoteado. Sabía que estaba ahí solo para hacer presión sobre mi, pero finalmente, acepté.

-Tranquilo, chico, yo me encargaré de que no se muera nadie de los nuestros... -Comentó Hades con lo que pareció una sonrisa.

Tenía el presentimiento de que aquello no iba a hacer más que empeorar. Sabía que algo iba a salir mal, pero no pude decir nada. simplemente, me fui a buscar el consuelo de Alice, esperando que aquello limpiara mi mente. No hablamos en todo lo que quedaba de noche, solo la abrace y me derrumbé en cuanto estuvimos a solas. Aquella podía ser nuestra última noche. Pero ni siquiera aquello me dejó tranquilo.
No recuerdo cuando me quedé dormido ni donde, pero, por segunda vez en mi vida, Soñé...

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