lunes, 28 de octubre de 2013

Los insaciables

Eran insaciables. Consiguieron los que buscaban, pero una vez lo tuvieron les supo a poco y pronto partieron en la búsqueda de más. Arrasaron cuanto se les puso por delante. Todo por conseguirlo. No les importó matar, no les importó nada.



Pronto el mundo quedo arrasado, todo era miseria y muerte. Solo quedaba su reducto, su guarida, donde ellos habían ido atesorando todo lo que ansiaban. El mundo estaba acabado. No quedaban recursos, no quedaba nada más. Nada. Y aún así ansiaban más. No tenían suficiente. Y nunca lo tendrían. Eran insaciables. Hace mucho que lo eran y nunca dejarían de serlo.

Desesperados por encontrar un tesoro oyeron el rumor, el centro del planeta albergaba un gran secreto. Un gran poder. Algo grande. Mucho, tanto como para saciar a más de 10 reyes. Sin dudarlo partieron. No se sabe que fue de ellos, pues literalmente, se los trago la tierra y nunca volvieron.

Su desaparición fue la salvación para las baldías y dañadas tierras, que sin Ellos, poco a poco fue sanando y volviendo a ser lo que era.

Hoy día, tras cientos y cientos de años tras la desaparición de los que recibieron el nombre de los Insaciables, el planeta aún no se ha recuperado. Los hombres han creado pequeños poblados que han crecido hasta formar ciudades. La cosa parece haber vuelto a la normalidad. Pero nada es para siempre y la paz no escapa a esta verdad.

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