domingo, 23 de junio de 2013

Lullaby #Noche4 El Falso Rey Arturo (Anochecer)

No hubo formalidades, no hubo saludos, nadie dijo una sola palabra, solo me hizo un gesto para que le siguiera. salimos de lo que parecía un edificio, totalmente lleno de miembros de Guillotine, todos vestidos de negro y con mascaras blancas. Estaban muy callados y evitaban mirar a Styx, como si lo ofendieran solo con su presencia. Salimos bastante deprisa de aquel sitio y había un coche esperándonos en la puerta. Un mono volumen negro de alta gama, conducido por una mujer de unos cincuenta, pero muy bien conservada. Y cuando digo muy bien conservada quiero decir que parecía que tuviera cuarenta y pocos, además de tener cierto aire de mujer fatal, con el largo pelo negro ondulado cayendo por sus hombros y el cigarro en sus labios rojos. Styx me hizo un gesto para que entrara, y después se sentó a mi lado. Hubo un silencio un tanto incómodo hasta que la mujer por fin habló.

- Así que tu eres el pequeño Luca... -Me miró de reojo por el retrovisor, sus ojos me sonaban de algo... Pero atisbé cierta chispa traviesa en ellos.- Arthur me ha hablado mucho de ti. Y ahora que te miro, te pareces mucho a él cuando tenía tu edad.

-¡Mamá!- Por primera vez, aunque fuera un segundo, pude ver a Styx como a un chico normal, con sus vergüenzas y sus temores. No, no era ningún monstruo implacable; solo era un chico, tremendamente fuerte y sádico, pero un chico al fin y al cabo. Estaba sonrojado, como lo habría estado cualquiera cuando su madre se pone a coquetear con un chico, no solo mucho más joven, sino con el que se supone que está enemistado.

-¿Qué?¿Me vas a discutir, jovencito? -Su voz se convirtió en un yugo de acero, y Arthur se quedó parado como un ciervo frente a un coche en mitad de la carretera.

-Vale, haz lo que quieras. -Styx me miró casi a punto de reírse. No era una sonrisa psicópata como la que solía lucir, sino una sonrisa amable, divertida, de esas que salen del fondo del corazón.- Ten cuidado con donde te metes, Morgana ¡Alice ya tiene el territorio bien marcado!

Me sonrojé un poco al pensar en Alice, tan frágil, me la imaginaba incapaz de hacer nada malo a nadie. Pero en un momento vi palidecer un segundo a Morgana, que casi se sale de la carretera. Luego recupero la compostura y no dijo nada más y yo me pasé todo el trayecto preguntándome porqué había hecho aquello.

En cuanto llegamos al aeropuerto, vi que había un montón de gente de todas las alianzas, lo sabía porque todos llevaban sus camisetas de equipo y yo me sentí un poco extraño por ser el único que no vestía los colores de mi Alianza. Pero Styx, que parecía haber preparado aquello con minuciosidad, me entregó una camiseta de manga corta, morada, en la que se adivinaba la silueta de un Fauno juguetón, tocando la flauta sobre una luna que parecía una sonrisa impoluta. El emblema de Lullaby.

Todos se quedaron mirando cuando salimos del coche. Realmente dábamos un buen espectáculo. El líder de Guillotine y el líder de Lullaby compartiendo coche, ambos parecidos, ambos armados. Algunos, sobre todo los miembros de Requiem y de O'kamirai me miraban con desaprobación. Pero no les hice caso, sabía que Styx no era el monstruo que ellos creían, y sabía que los chicos de Guillotine no eran malvados. Quizás eran salvajes y un poco maliciosos, pero eran gente de confianza si llegabas a conocerles ¡Eran personas!

Me dediqqué a buscar con la mirada a Charlie y a Alice, pero nno los ví y, por uno de minuevos subordinados, un chico de mirada turvia y bastante desgarbado llamado Sael, me enteré que ambos se habían quedado en Oniria para pasar la primera ronda preliminar y que sus cuerpo estaban ya en el avión. Tuve que, en mi increíble ineptitud, preguntar como funcionaban las rondas del torneo. Sael se explicaba bastante mal y me dijo que si quería saber, sería mejor hablar con los chicos más mayores. Por desgracia no tuve tiempo de preguntar, porque, de repente, nos empezaron a decir que debíamos embarcar.

Me quedé en shock un rato, no sabía donde íbamos, ni había preparado el equipaje, pero empezó a empujarme una gran marea de gente y, sin comerlo ni beberlo, acabé sentado en una gran butaca de clase bussines, en un avión con destino a París. Lo único que me relajó un poco fue ver que mi asiento estaba al lado del de Alice y solo a dos del de Charlie. Ambos dormían, pero parecía un sueño intranquilo, como si se debatieran para soltarse de unas ligaduras invisibles.

Me di cuenta de que aquella zona del avión estaba llena de peces gordos de las Alianzas: Pude distinguir al cabecilla de Piramidal que había visto de refilón días atrás; Liam y Szeva, la chica mestiza a la que había atacado nada más despertarme; Styx sentado junto a Luccyan, que dormía profundamente, pero adiviné varios cortes bastante recientes en sus manos y su cara; Y entonces reparé en Nerya y su acompañante. La medio hermana de Charlie me miraba con unos ojos azul intenso que casi me cortaron el aliento,y, quizás si no hubiera sido un chaval de diecisiete más verde que una hoja habría sabido identificar. Sin embargo, no lo hice. Solo vi que me miraba de forma extraña y pensé que aun me guardaba rencor por haber roto su tridente. Su acompañante era un tipo de pinta peligrosa, que me debía sacar dos palmos. Atención, no quiero decir que fuera un macarra ni mucho menos; Iba bien arreglado, con ropa cara y no parecía especialmente fuerte; Pero su aura era abrumadora y tan amenazante como una nube gris. Por si sola, una nube no es un gran problema, pero una sola nube gris se puede convertir en una tormenta eléctrica que devaste un bosque, produzca incendios y destroce montañas. Esa fue la impresión que me dio Atlas.

Me alegró ver que Krim también estaba allí. El gran hombretón fue el único a parte de Liam que se tomó la molestia de dirigirme la palabra. Siempre me ha parecido un conversador magnifico y aun hoy, me encanta ir a verle solo por el hecho de poder charlar con él de cualquier banalidad. Me senté y, por puro capricho, Krim le cambió el sitio al chico moreno de Piramidal, que no puso ninguna pega. Nos acomodamos en nuestros asientos y nos preparamos para lo que sería una larga noche de viaje en avión.

1 comentario:

  1. Jajajajajaja. Si Luca supiera sobre Alice xDDDDD
    Ya hemos encontrado el punto débil de Styx, su madre (?) XD

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