miércoles, 6 de junio de 2012

Caffeine Girl #3


Corría. Tenía que huir. Mientras corría no podía evitar que el amargo olor a té que inundaba el aire se le metiera en los pulmones. No dejó de correr hasta que llego a un lugar techado, uno de los pocos lugares que sería seguro si volvían a atacar.



Tomó aire. El olor a té se hizo más intenso, cada vez un poco más, pero su nerviosismo, la fatiga que sentía después de haber corrido tanto a pleno sol y la falta de aire, le impidieron darse cuenta, y para cuando lo hizo, ya era tarde: escuchó el ruido del líquido al caer sobre débil techo de chapa, que poco a poco iba cediendo, el caliente líquido estaba derritiendo el techado.

-¡Cuidado! -escuchó gritar a una voz conocida, pero para cuando se dio cuenta lo había empujado y tirado al suelo.

Cuando se reincorporó, aun en el suelo, vio como una gran cantidad de té caía por un agujero abierto en el techo.

-¿Estas bien? -le preguntó la persona que tenía sentada al lado. Cuando vio quien era su salvador no puedo evitar dar un pequeño grito.
-¡¡Caffeine Girl!!

Se levantó de un salto y la ayudó a levantarse.

Estaba alucinando, la persona a la que más admiraba le acaba de salvar la vida.

-¡No me puedo creer que TÚ me hayas salvado la vida! ¡Qué fuerte! ¡¡Qué, fuerte!!
-Relajate. Hay que mantener la calma. Y más en una situación como esta.

Como un pequeño perro obediente, el chico se quedo quieto mirando fijamente a su ídolo con una pequeña sonrisa.

Caffeine Girl lo miro de arriba abajo, era un chico alto y delgado con el pelo castaño y largo recogido en una coleta, parecía demasiado mayor como para estar allí.

-¿Qué haces en un colegio? Tienes más pintas de.... universitario.
-Venía a por mi hermana pequeña.
-Todos los niños han sido evacuados ya y llevados al refugio de la ciudad. Tú deberías ir para allá también.

El chico asintió y salió corriendo, no sin antes mirar un momento el cielo.

Caffeine Girl se quedó mirando como el chico se alejaba corriendo cuando de repente una llamada la sacó de su ensimismamiento. Pulsó un par de botones del guante y descolgó el teléfono que tenía incorporado. Era el inspector.

-Dime Peet.
-¿Has visto por lo que estamos siendo atacados?
-De sobra. Acabo de salvar a una persona de una... hirviente muerte.
-Bueno, me ha llamado el alcalde, me ha preguntado si no te importaría ocuparte del caso.
-Bien, me pongo a ello.

El alcalde sabía perfectamente que Caffeine Girl no dudaría en ayudar, no sabía muy bien porque se lo había pedido, pero bueno. Eso ahora no era lo importante.

Se volvió a escuchar el ruido del líquido chocando contra el techo de chapa. No lo dudó un instante y se apartó. El techo se agujereó de nuevo y cayó una tromba de té.

Tenía que ir a otro sitio, no era seguro quedarse donde estaba. Echó a correr por el mismo sitio que se había ido el chico. Mientras corría volvió a ver lo que estaba amenazando la ciudad todo el día, tazas y teteras gigantes flotaban en el cielo como si fueran OVNIs, se desplazaban de un lado para otro lanzando su caliente contenido.

-No podía ser café. No...

                                                           --o--

-Retransmitimos en directo desde delante del mismo ayuntamiento.- empezó el desaliñado y desganado  presentador que vio como el piloto de la cámara se encendió. - Como ya saben, estamos siendo invad.... Espera, ¿si ya lo saben para que estamos retransmitiendo? Esto es una tontería... Me voy...

El presentador se dirigió a su furgoneta.

Caffeine Girl pasó por delante de las cámaras, las cuales todas le enfocaron. Empujaron al presentador para que presentase de nuevo unos informativos, pero fue imposible.

La superheroína paró un momento su carrera para mirar a su admirado presentador, luego se dio cuenta del peligro que corría la ciudad y echó a correr de nuevo.

Todos los cámaras echaron a correr, las tazas y teteras que estaban grabando flotar en el cielo estaban sobre ellos. Nadie se dio cuenta que el presentador seguía parado en medio de la calle, con una taza vacía en la mano. Las grandes tazas derramaron su contenido provocando una ardiente lluvia de té que, afortunadamente, no alcanzó al presentador, solamente lleno su taza a rebosar.

-Um... ¿Qué? -El estruendo del líquido al caer lo había despertado. Miro a su taza rebosando de té. -Vaya... Gracias... sea quien sea el que me la haya rellenado.

Siguió bebiendose la taza tranquilamente parado en medio de la calle.

                                                           --o--

Escondida en unos matorrales, la periodista y fotógrafas habían presenciado toda la escena.

-Tenemos material de primera. -dijo la fotógrafa haciendo una foto a una de las tazas flotantes.
-Y que lo digas. Que queda mejor, ¿Invasión de té o Invasión de té?
-Ambos son fantásticos. -Revisó algunas fotos que había hecho a la superheroína al pasar. -Esto nos va a conseguir la primera plana.
-Desde luego.

Ambas chocaron las palmas y salieron de su escondite en busca de algo que pudieran usar.

                                                           --o--

-Caffeine Girl. Qué bien que llegas.
-Buenas alcalde. ¿Sabe algo sobre esta invasión? -le preguntó la superheroína yendo directamente al grano.
-No más que tú.
-Fantástico....

De repente el guante de Caffeine Girl empezó a emitir un pitido.

-Alcalde, ¿puedo tomar algo de café? Prefiero reservar el que llevo para otro momento.
-Sirvete. le respondió volviendo a sus papeles.

Se dirigió a una pequeña cafetera  cuya jarra aún humeaba con el oscuro líquido dentro. Se sirvió una taza y se la bebió. Respiró aliviada. Podría mantener su forma un poco más.

-Debería comprar alguno de mejor marca...
-Se lo diré a mi secretaria. -dijo sin darle demasiada importancia.
-¡AAAAAAAAAAAAH!- los gritos provenían del exterior.
-¡Me marcho!

Caffeine Girl salió corriendo sin darle tiempo al alcalde a despedirse.

Ya en la calle no vio a nadie. La calle estaba vacía. Una de las tazas estaba mucho más cerca que las demás, como si hubiese aterrizado. La superheroína no perdió un instante y con su gancho se enganchó a la taza que cada vez ascendía más y más. Estaba ya muy alta cuando consiguió llegar hasta el plato de la taza. Cogió aire y descansó de la subida.

La taza era realmente gigantesca, media de alto lo que 4 ó 5 ellas puestas una encima.

Se puso en pie y comprobó que la invasión no era cosa de un par de tazas o teteras, sino de cientos y cientos de ellas que flotaban casi a la misma altura. Desde el suelo todo se veía como una nube blanca.

-Esto es más gordo de lo que parece...

Caffeine Girl dio un par de vueltas alrededor de la taza buscando una entrada, pero no había ni una marca que dejase claro que había una puerta. De repente, la pared justo enfrente suya se empezó a abrir. Se escondió para ver quien salía. No pudo evitar sorprenderse.

-¡No puede ser!

2 comentarios:

  1. Cliffhanger. ARG. Todo genial, como de costumbre. No he visto ningun error que pueda comentar =P

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  2. ¡Publicado a las 11:12! ¡CASI! xD
    ASDFG ahora vas a tener que darte prisa en escribir el siguiente, o iremos a por ti con horcas y antorchas

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