Una de piratas - Diario de bitácora I

Hacía ya 3 semanas que habíamos partido del viejo continente con la esperanza de encontrar la isla de la que tanto se hablaba en cualquier taberna del puerto.
Se decía que era una isla enorme y que las riquezas que escondía eran tan extensas que aquel que consiguiera hacerse con ella, aunque solo fuera con una parte, sería más rico que todos los reyes del continente juntos.


Fue con esta idea con la que mi tripulación y yo zarpamos en su búsqueda, aunque siendo sinceros, más que por el oro lo hacíamos por la fama. Buscábamos ser célebres piratas, y a mi parecer no íbamos mal encaminados, ya que habíamos demostrado ser diestros en las artes de la espada,del robo y de la búsqueda de tesoros.

Mi tripulación, aunque no muy extensa, estaba  formada por valientes personas que habían demostrado su valía con creces. A saber, eramos:

Muddy o como se hacía llamar, el corsario "Ojoperdío". Siempre estaba gastando bromas y lo que le faltaba de altura lo compensaba con valentía.
Sus marcas más distintivas eran la bandana roja, una camiseta que alguna vez fue blanca, pero ahora no tenía más que suciedad, un parche en el ojo y un monóculo encima de este. Además de que era imberbe.
Diestro con los cañones a parte de tener una buena puntería y memoria.

El segundo miembro de mi tripulación se hace llamar Raak. Por algún motivo que desconocíamos se crió en el Lejano Oriente. Lo que más distinguible de él era su pelo de color zanahoria alborotado y recogido en una bandana, la ropa oriental con la que vestía y unos anteojos que le daban un aspecto de sabelotodo y pedante, que es lo que era realmente.
Sabía hablar varios idiomas y encima solía mezclar palabras sueltas de los idiomas que sabía. Inteligente, pero también torpe y miedoso.

Y mi tercero de a bordo era Isabella, una chica pelirroja con una melena ondulada por media espalda. Solía vestir con una camisa blanca de hombros descubiertos con un corset. En la falda llevaba un cinturón con una espada y una pistola.
Temperamental, con mala orientación y siempre conseguía calmarnos cuando.... digámoslo de alguna forma, nos pasamos de la raya.

Esta es mi tripulación, y yo soy su capitán, Desmond. Era joven y entusiasta.No tenía mucha barba, solo unos pocos pelos. Me gustaba llevar un pañuelo en la cabeza y una trenza con cuentas en el lado izquierdo.
Llevaba un parche en el ojo izquierdo no porque me hiciera falta, sino porque me gustaba como quedada.
Tengo una cicatriz en la mejilla, una vieja herida de una pelea pasada.
Siempre acompañado de mi espada y mi pistola.
En toda la espalda tenía tatuado un mono.
Era torpe muchas veces, pero todos decían que lo solía con imaginación para resolver muchas situaciones.

Pues esta es mi tripulación y juntos nos embarcamos en busca de un tesoro que podría cambiar nuestra vidas.


-Deberiamos esta llegando ya.-nos comunicó Isabella.
-¿A la isla? Pues revísate la vista, todo lo que nos rodea es agua.-le replicó Muddy con tono burlón.
-¡No! Al mar del Caribe, mar célebre por sus temidos piratas y sus islas llenas de tesoros.-le respondió Raak.
-Deja de meterte conmigo. O sufrirás las consecuencias.-le contestó Isabella a Muddy en un tono nada amigable
-¡Pero echadme cuenta!
-¡Haya paz!-tuve que gritar.-Estas aguas también guardan peligros, como el temible Pirata Fantasma.
-¿El Pirata Fantasma?-dijeron los tres a coro.
-Sí. Se dice que se enamoró perdidamente de una mujer. Se bebía los vientos por ella, hacía lo que fuera por ella. Pero el amor en ningún momento fue correspondido. Ella lo odiaba, lo despreciaba y cuando él le pidió que qué podía hacer por ella, le dijo que se tirase a un pozo.
-¿¡Y lo hizo!?-preguntó Isabella ansiosa.
-Sin dudarlo un segundo. Y tras hacerlo, fue a verla.
-¿Cómo pudo hacerlo?-preguntó Muddy.
-Ya no tenía cuerpo. Se presentó ante ella como un fantasma. Y nuevamente lo rechazó y, harto de escuchar negativas, se hizo con una tripulación fantasma y se hizo a la mar. Ahora navega por los mares en busca de la forma de ganarse a su amada.
-¡Qué romántico!
-Sólo tú encontrarías romántico esa historia. Por su culpa ahora todos los piratas estamos en peligro.-le dijo Muddy.
-C'est ne pas possible.
-¿Cómo?
-Qué es imposible eso que cuentas. Los fantasmas no existen. Son sólo....

De repente, a lo lejos se escucharon cañonazos, explosiones y ruido de madera que se quebraba.

-¡¡SOCORRO!!¡¡El Pirata Fantasma!!-gritó Raak asustado tirandose al suelo.

No pudimos evitar reirnos.

-¿No se suponía que los fantasmas no existían?-le pregunté.

Se puso colorado.

-Déjame.-me dijo mientras se ponía bien las gafas.

Cañonazos de nuevo.

Muddy corrió a subirse al puesto de vigía.

-¿¡Ves algo!?
-¡¡No!!¡Hay una gran humareda!
-¡Maldición!Puede que ya hayan acabado con el otro barco y ahora se esten dirigiendo hacia este y no lo sepamos.

Tras unos segundos Muddy volvió a hablar.

-¡¡Ya se ve!!
-¿¡Qué hay!?-le preguntó Raak.
-¡Un barco!¡Está en bastante mal estado, pero aún navega!
-¿¡Ves la bandera!?-preguntó Isabella.
-¡No!¡¡Esperad!!¡Hay otro barco!¡Pero esta hecho polvo!¡Esta medio hundido!¡Lo único que queda a flote es la popa!¡Y está en llamas!
-¿¡Y el barco viene hacia nosotros!?
-¡No!¡Se aleja!
-Estamos a salvo.-dijo Raak.

Muddy bajó.

-¿Quiénes serían?-preguntó Isabella.
-No lo sé. Pero por lo que cuenta Muddy, lo más probable es que sean piratas.-le respondí.

Todos nos quedamos callados sin saber que decir.

Se escuchó otro golpe.

-¿Qué ha sido eso?
-Ha sonado como dos trozos de madera chocando. Y ha sido muy cerca.-divagó Raak.-Tanto como para estar debajo  del barco.

Todos nos asomamos a ver si Raak estaba en lo cierto y efectivamente había un gran tablón de madera al lado del barco. En el tablón había una persona,parecía incosciente. Sujetaba algo en la mano. Se estaba resbalando y estaba a punto de hundirse.

-¡Rápido!¡Hay que rescatarlo!¡Puede que se escapase del ataque de los piratas!¡Raak!¡Tírate a por él!-dijo Isabella.
-What?¿¡Yo!? No. En estas aguas debe de haber ostras. Y les tengo pánico. ¡Qué se tiré Muddy!
-¿Y que se ensucie mi camisa?¡Nunca!¡Qué se tiré el capitán!

Todos nos quedamos mirándolo con cara de asombro.

-¿Yo?Es que el agua debe de estar fría.... y claro...
-Y vosotros sois piratas....-dijo Isabella exasperada y lanzó al mar.

Nos asomamos y vimos como se hundía en busca del náufrago que se había caído ya del tablón.

Caí en la cuenta.

-¡¡Una cuerda!!¡¡Necesitamos una cuerda para que puedan subir!!
-¡Sí capitán!-dijeron Muddy y Raak a la vez y fueron corriendo a buscar la cuerda.

Isabella salió a la superficie. Tenía agarrado al náufrago.

-¡Espera un momento!¡Han ido a por una cuerda!

Asintió.

A los pocos segundos llegaron los dos trayendo una cuerda.

La lanzamos y ella se agarró.

-¡Tirad!

Tras unos segundos de esfuerzos Isabella y el desconocido estaban en cubierta.

-¿¡Estás bien!?-le pregunté.
-Sí. Pero me preocupa más él. No tiene heridas y esta inconsciente. No se si habrá tragado agua.

Nos acercamos al náufrago. Seguía inconsciente, pero respiraba con normalidad.

Llevaba una camisa blanca y un pantalón corto. Debajo de la camisa se le entreveía un cinturón con dagas. Tenía una perilla y el pelo negro.

Con la mano sujetaba fuertemente una espada de aspecto valioso. Tenía algo grabado en la hoja.
Intenté cogerla para ver que ponía, pero antes de siquiera pudiera tocarla se levantó, cogió una daga y me apuntó al cuello con ella sin darnos tiempo de reaccionar a ninguno.

-¡Yo que tú no lo haría!