jueves, 19 de enero de 2012

Chapitre 05

Había conseguido perderlos de vista, pero no me fiaba de que me los pudiera encontrar de nuevo, además de que no sabía que más podía haber esperando en las calles.

Al reto de estar andando en el más absoluto silencio, a mis pasos se le sumaron otros. Los pasos eran lentos y se escuchaban cercanos.
Las silenciosas calles amplificaban el sonido y me hacía estar más preocupado de lo que podría ser.
Por un callejón apareció alguien. Era alto y muy delgado, estaba medio torcido hacía un lado, andaba de forma extraña y desganadas y las manos caídas se balanceaban a cada paso.


Cada vez estaba más cerca, así que me preparé para lo que pudiera ser. E hice bien, podía parecer una persona, pero solo eso: tenía todo el cuerpo lleno de caras, piernas,brazos,espalda,cabeza,palma de las manos.... Cada una con una expresión diferente, pero todas expresaban el horror. Todas las caras chillaban sin parar.

No lo dudé un segundo y le atravesé con la espada, pero aún así continuó andando hacía mi, clavándose a cada paso un poco más en la espada.
Cuando se clavó entero extendió los brazos intentando cogerme, pero antes de que pudiera le rajé. Cayó al suelo emitiendo, todas las caras, gritos de dolor al unísono que inundaron el lugar.

Asustado por si los gritos atraían a mas monstruos eché a correr, pero antes de que pudiera huir más monstruos iguales aparecieron. Venían de todas las calles cerrándome cualquier camino por el que escapar.
Dí unos pasos atrás sin darme cuenta de que él que estaba en el suelo se había levantado y cuando estuve cerca suya me agarró.Sentí como todas las bocas me mordían

Rápidamente le dí un codazo en la cara y me soltó. Me giré y vi que el corte le había desaparecido.

-¿Pero qué...?

Repetí el ataque. Esta vez cortándolo completamente. Ambas partes cayeron al suelo y se deshicieron en una masa negra. Me quedé, pero no tenía tiempo que perder. Empecé a acabar con los demás como iba pudiendo hasta que todos se dieron la vuelta. Los demonios menores con apariencia de niño habían llegado atraídos por los gritos de dolor de los monstruos, pero afortunadamente ambas criaturas empezaron a luchar los unos contra los otros olvidándose de mi.

El resultado fue un baño de sangre. Todo quedo lleno de ella. Había monstruos que habían devorado con sus múltiples caras a los diablos de aspecto infantil y viceversa. El sonido de la carne al desgarrarse, el crujido de los huesos al romperse o al desencajarse y el ver como se tragaban los unos a los otros resulto realmente desagradable.

Llegó un momento en el que se olvidaron de su lucha y se centraron en mi otra vez. El número de criaturas se había reducido considerablemente, pero aun así era difícil huir.

Ataqué a todos los que se abalanzaron sobre mi y en cuanto pude huí de ellos y seguí corriendo sin rumbo sin saber como huir de la ciudad.

Lo escucho venir detrás mía. Me giré rápidamente y pude acabar con él. Los demonios con formas infantiles eran rápidos, pero sus movimientos era muy simples y predecibles.

Sigo corriendo.

De repente al cruzar una me calle me encontré en otro sitio totalmente diferente. No era la ciudad ni las afueras de esta. Era una enorme sala circular de la que apenas veía veía la mitad. Estaba sobre una enorme pasarela que se perdía en la oscuridad en ambas direcciones. Ambos lados de la pasarela, en medio de la oscuridad solo había columnas de múltiples formas que se perdían en su ascensión y bajada en la negrura que me impedían ver el techo o el suelo.

Me dí la vuelta y avancé un poco. Nuevamente me encontraba en la ciudad. Dí unos pasos hacía atrás y me encontré de nuevo sobre la pasarela de piedra. Lo repetí un par de veces más. No sabía que estaba pasando. No sabía si estaba yendo en buena dirección, pero no había nadie ni nada que me atacase, así que decidí seguir adelante.

Seguí hacía lo que creía que era el frente hasta que cayó del techo un tipo alto que parecía llevar una tela negra que le tapaba entero, y encima de esta una máscara blanca ovalada con la boca situada en un lateral de forma vertical y una sonrisa nada agradable. Los ojos estaban colocados en el hueco restante al azar.
El conjunto era inquietante y macabro. No sabía como iba a reaccionar,pero no esperaba que me dejase pasar sin más.

Se abrió la tela que lo cubría lo suficiente para ver que no había nada. Era un fantasma.
De alguna parte de debajo de esa túnica salieron numerosos brazos negros que se lanzaron a por mi. Corté cuantos pude, pero acabaron por cogerme. Me elevaron. Vi como las facciones de la máscara se movieron y cambiaron de posición para formar otra expresión.

Los brazos me acercaron a la túnica.

No sabía que hacer excepto forcejear hasta que me dí cuenta que  no me había sujetado los pies. Tras varios intentos conseguí darle una patada a las manos que me agarraban el brazo izquierdo, dejandome así libertad para usar la espada. Corté los brazos restantes y caí al suelo.

El fantasma volvió a atacar, pero conseguí esquivar los brazos y cortar algunos para seguidamente cortar parte de la tela, pero no conseguí nada. Su punto débil debía de ser la máscara.

Corrí hacia él, pero sacó un millar de brazos, así que decidí probar otra cosa. cogí impulso y lancé la espada hacía la máscara. Parecía que lo había conseguido, pero justo cuando parecía que la espada iba a atravesar la máscara, todos los brazos detuvieron la espada y me la lanzaron de vuelta.

Antes de que pudiera darme cuenta tenía la espada clavada en el pecho. La sangre brotaba y caía al suelo. No sabía si sacarla o que hacer.

Un leve pinchazo en el ojo. Luego otro. A los dos primeros se une otro tercero asñi hasta que todos se unen para provocar un dolor que siento como una explosión y que se extiende a todo el cuerpo y termina concentrándose en el brazo derecho.

Me saco la espada y voy sintiendo como la herida se va cerrando a la par que esta va saliendo.

El brazo derecho se había convertido en una garra negra que exhumaba un halo de energía amarilla.

Todas las preocupaciones en mi mente desaparecieron. Me lancé sin dudar a por el fantasma. Ahora yo era mucho más veloz que antes. Esquivé todas las manos sin ninguna complicación. Salté hacía él y le clave la espada en la máscara y terminé de cortarle con la garra. Se desvaneció en una nube de oscuridad.

No sabía muy bien de donde salía este poder, pero me daba igual. Me sentía más fuerte y capaz de todo.

Sentía la punzada en el ojo de nuevo, pero era diferente a como la había sentido hasta ahora.

Del techo empezaron a bajar miles de fantasmas.

-¡Por lo que veo vosotros también queréis recibir!

Sonreí.

-¡¡Pues tengo suficiente para todos!! -dije corriendo hacia el que tenía más cerca.

Acabé sin ninguna complicación con todos los fantasmas a la vez que iba avanzando hasta que todos se fueron.

-Cobardes.

El final de la pasarela se deslumbraba ya. Era una enorme plataforma de piedra con una plataforma de piedra rectangular de piedra. Me subí en ella. En seguida empezó a subir.

-Sea quién sea el que este arriba, ¡qué se prepare!

1 comentario:

  1. ¿Porqué cuando leo la palabra "espada" en este capítulo no puedo evitar pensar en "Alastor"? xD


    Ha molado, aunque en alguna partes reconzco que me perdí xD

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