miércoles, 19 de octubre de 2011

Shaman der Kröten

Por fin llegaba a alguna parte. Había estado caminando durante días por un enorme y solitario desierto en busca de algún sitio donde refugiarse.
Las provisiones se le estaban acabando, todas menos una, el agua, la cual hacía ya tiempo que se había acabado, pero aún seguía buscando algo de agua. Siempre sin éxito.



El sitio era un pequeño pueblo. No tenia mala pinta: estaba situado  al lado de un enorme lago, sus casa, todas blancas, aunque viejas se veían resistentes y continuaban erguidas a pesar de alguna que otra tormenta de arena que habrían tenido que soportar.
Entró en el pueblo y nada más entrar dos niños de no más de 10 años le cortaron el paso.

-¿¡A dónde crees que vas forastero!?-le preguntó el que parecía más espabilado.
-Tenía pensado pasar un tiempo aquí. El suficiente para descansar y reponer mis provisiones. Luego me marcharé.
-¡Pues va a ser que no!

Estaba cansado y no tenia ganas de aguantar a unos niños,no en esos momentos, así que se decido a pasar, pero nada más dar un paso, el niño sacó la espada que tenía colgada a la espalda.

-¡Ni un paso más!¡Nadie pasa de aquí sin mi permiso!
-¡Venga ya!¡Dejate de juegos!¡Estoy cansado!

Solo recibió una mala mirada por parte del niño.

-¡¡Ärger!!¿¡Ya estás otra vez!?

Alguien venía por detrás de los chicos que, asustados, salieron corriendo. Era una persona mayor, usaba un bastón para andar, pero se le veía ágil.

-Perdone las molestias-dijo el recién llegado.-Son un par de pillos que no dejan de causar problemas.
-No pasa nada. Entiendo que no quieran que desconocidos entren en la ciudad, y menos con estas pintas.

La verdad es que no iba vestido muy elegantemente, solo llevaba un viejo pantalón ajado y una capa para proteger el pecho descubierto.
-Olvidemos este pequeño incidente. Me gustaría invitarle a mi casa.

No se negó y el hombre mayor lo llevó hasta una de las casas más grandes. Todo lo qué había estaba hecho a mano: mesas,cama,sofá..... Todo, además se veía que era de calidad.
El hombre se fue a un pequeño fogón y puso una tetera de barro con agua y algunas hierbas.

-Siéntese.

Le hizo caso.

-Es usted el alcalde,¿verdad?
-Tienes buenos ojos. Y sabes usar el cerebro,chico.

Se sintió alagado.

-¿Quién eres?
-Me llamo Frosch y.. soy un chaman

El anciano alcalde se sorprendió.

-No sabía que aun quedaban. Pensaba que se habían extinguido.
-Si...somos pocos...Yo solo conozco a un par.....

Hubo un largo silencio solo roto por la tetera que empezó a silbar. el alcalde fue a por la tetera y volvió con ella y un par de vasos de barro.

-Aquí tienes.
-Muchas gracias.

Frosch se tomo el té a pequeños sorbos y saboreandolo. Descubrió un té maravilloso.

-¡Esta delicioso!

El alcalde sonrió complacido.

Volvió a hacerse el silencio. El alcalde parecía impaciente. Se estaba guardando una pregunta, pero le parecía de mala educación formularla.

-¿Le ocurre algo?
-No es nada importante.... De verdad..... solo es que....¿podría....?
-Demostrar que de verdad soy un chaman, ¿cierto?

El alcalde se sorprendió.

-No.... es que.....
-No se preocupe.-le dijo Frosch intentando quitarle hierro al asunto.-Estoy acostumbrado. Somos pocos los que quedamos. Es normal que tenga dudas.
-Pero aún así...
-En serio, no se preocupe.

Frosch se levantó de un salto.

-¿Hay alguna zona amplia por aquí?
-Si.
-¿Sería tan amable de llevarme?

El alcalde lo guió hasta el centro del pueblo, donde las casas dejaban paso a una plaza casi circular con un árbol enorme con un grueso tronco, una copa muy alta, grandes raíces que asomaban, hojas verdes y unas bellas flores blancas.
Las personas allí presente cesaron sus conversaciones y se quedaron atentas al recién llegado traído por el alcalde.

-¡El sitio es perfecto!¡Y el árbol facilitará algunas cosas!

A Frosch se le notaba en la cara que el sitio era el idóneo, estaba ilusionado. Hacia tiempo que no podía realizar sus hechizos en un sitio tan hermoso como aquel.

Frosch corrió hacia el árbol y se sentó entre las raíces, junto las manos tocándose las yemas de los dedos formando un círculo con sus manos y con las dedos apuntó hacia el suelo. Cerró los ojos y se concentró. Se le escuchaba susurrar algo.

Se levantó un leve viento que hizo caer una flor del árbol que antes de caer se transformó en un hada.

-¡¡Oooooooooooooooooooooooh!!-se escuchó decir a todo el mundo.

Frosch se levantó y alargó la mano. El hada se posó en ella. Ambos sonrieron y luego hicieron una reverencia, como si acabasen de realizar un arriesgado truco de magia que había salido bien.

-¡Impresionante!-dijo el alcalde acercándose a Frosch y mirando a el hada detenidamente.
-Se que no es mucho,pero espero que os valga. Estoy agotado de todos estos días...
-Es más que suficiente señor Frosch.
-No me trate de usted por favor.
-Perdón si le he ofendido.
-No, no, no es eso. Pero tráteme como antes, me sentía mas cómodo.
-Como gustes.

El hada estaba sobrevolando la plaza y volando cerca de los niños y niñas que estaban super emocionados con ella.

-Me gustaría pedirle un favor.-le pidió  el alcalde.
-Adelante.
-Pues verá...

Mientras tanto, fuera de la ciudad, cerca del lago Ärger se había encontrado con una persona.
El desconocido vestía con un una túnica blanca y negra con una capucha que le ocultaba la cara,unos pantalones blancos y unas botas del mismo color. Pálido de piel y con tatuajes en el pecho y en los brazos.
-¿¡Quién eres!?¡Da la cara!-dijo sacando una vez más la espada.
-¿Ya te has olvidado de mi?-dijo quitándose la capucha.

La cara de Ärger se descompuso, palideció y sus ojos se abrieron más de lo normal.

De vuelta en la plaza, todos escucharon un grito.

-¡Ese es Ärger!

Frosch llamó al hada, le susurró algo y esta alzó el vuelo y se elevó varios metros. Tras descender se posó en el hombro y le dijo algo al oído.

Frosch llegó al sitio que el hada le había indicado.
Ärger estaba inconsciente en el suelo y a su lado un desconocido encapuchado.

-¡¡Ärger!!¿¡Qué le has hecho!?
-¿Quién eres?-le preguntó el desconocido con un tono muy calmado.-Aparte de un chaman claro.

Frosch se quedó de piedra, había sabido a simple vista lo que era.
El desconocido sonrió complacido al ver el resultado de sus palabras.

-¿¡Qué le has hecho!?¡Responde!
-Nada. Lo prometo. Se ha desmayado. Ahora responde tú.¿Quién eres?
-Me...me llamo Frosch¿¡Y tú!?

Llegó el alcalde.

-Tenga cuidado alcalde.
-Si.¿Quién es?
-Me llamo Hass.
-Ese nombre..... ¿No será....?
-Si alcalde, soy yo.-dijo el desconocido quitándose la capucha.

tenía la cara pálida, el pelo negro con un largo flequillo que le tapaba uno de los ojos. La mirada y el sonrisa eran gélidas y llegaban a asustar.

-¡Hass!
-¿Quién es alcalde?
-Un viejo conocido del pueblo, vivía aquí. Estuvo interesado en el tema de los chamanes y abandonó el pueblo para encontrarlos y saber más de ellos. Pero esta muy desmejorado.
-Por usted también ha pasado el tiempo,alcalde.
-¿Qué es lo que quieres?
-Me reservo la respuesta a esa pregunta. Pero pienso llevarme a Ärger.

Sonrió.

-¡No lo permitiré!-dijo Frosch.
-Ni siquiera sabes de que va esto y te interpones ¿¡quién te crees que eres!?
-¡No pienso permitir que te lleves a un niño así porque si.
-No sabes nada.
-¡Frosch! Hass es el padre de Ärger. El día que se fue lo dejo abandonado a su suerte. No dejes que se lo lleve ahora.
-Descuide, alcalde. No le dejaré.
-Por lo que veo no me vais a dejar llevármelo por las buenas.

Alzó la mano izquierda y se le envolvió en un fuego negro que le recubrió toda la mano. Rápidamente la llama se alargó y adoptó la forma de una espada. El fuego desapareció dejando ver en la mano de Hass una espada con la hoja negra.

Hass salió corriendo hacía Frosch que cogió al hada de su hombro y se la lanzó al alcalde.

-¡Llévese a Ärger de aquí!¡Yo lo distraeré!

Frosch se corrió hacia el lago y se quedo en la orilla.
Hass se acercaba corriendo, sin dudar un instante en lo que estaba haciendo.

Frosch posicionó las manos igual que cuando invocó al hada.
El agua del lago empezó a arremolinarse y una gran columna de agua salió del lago y se dirigió hacia Hass mientras iba tomando la forma de una gigantesca serpiente marina.
Hass saltó y corto a al serpiente que se deshizo en agua.

-No te valdrán eso trucos conmigo.-le dijo sonriendo con una cara poco amigable.

Hass se lanzó hacia Frosch que esquivó como pudo los ataques de Hass, todos menos uno que le dio en el antebrazo.
La sangre goteaba por el suelo.

-¡¡Frosch!!-gritó el alcalde al ver como la herida sangraba.
-No se preocupe. No es nada.

Frosch se tiró al agua y tapando la herida con la mano susurró unas palabras que ahogadas por la imposibilidad de hablar. No importó, ya que el hechizo surtió efecto: la herida estaba sanando.

Frosch pronunció otras palabras y el agua fue recubriendo su cuerpo y tomando la forma de un gigante. Cuando estuvo formado salió del agua.

-¡Te he dicho!¡Qué esos trucos!¡No funcionaran conmigo!-le grito Hass cortando las extremidades inferiores del golem acuático, que cayó al suelo y se deshizo.

Frosch se levantó rápidamente.

-Veo que solo me queda una solución.

Sacó un pequeño frasco de tinta y con el dedo se pintó todo el cuerpo con numerosos símbolos lo más rápido que pudo.

-¿¡Qué pretendes!?
-¡Espera y verás!

Hass sentía curiosidad,tanta que detuvo su ataque.

-¡Rey sapo del contrabando!¡Yo te invoco!

Un enorme temblor y una luz cegadora. De repente del cielo cayó un sapo enorme, que mediría más de 4 o 5 metros,mucho más. Llevaba una especie de chaqueta sin mangas puesta.

-¿Qué es lo que quieres esta vez?
-La Hoja Sapil.
-¿Es tú decisión?
-Si.

Hass y el alcalde se había quedado de piedra, no eran capaces de creer lo que estaban viendo..

-¿Tienes el pago?
-Aquí esta.-dijo sacando una bolsa llena de monedas de oro.
-Esta bien.

El sapo chasqueó los dedos y del cielo cayó una espada casi tan grande como Frosch y se clavó en el suelo. La hoja estaba mellada y en algunas partes oxidada.

El sapo se desvaneció en una humareda.

Frosch sacó la espada del sueño y la empuñó.

-¿De verdad piensas enfrentarte a mí con esa antiquaya?
-No la subestimes por su apariencia.

Frosch dio un corte horizontal al aire. Hass pensando que no había hecho nada se quedo quieto, pero pronto algo le golpeó en el pecho y le hizo rodar por el suelo.

-¿Qué has hecho?-le preguntó levantándose
-Te he enviado ráfagas de aire.

Hass estaba más creado que antes. Había subestimado bajado la guardia, subestimado a su enemigo y ahora estaba viendo el resultado de sus fallos.
Corrió hacia Frosch nuevamente,pero este seguía mandándole ráfagas de aire que no era capaz de esquivar.

Tras unos pocos minutos Hass tenía el cuerpo dolorido lleno de heridas.

-¿Te rindes?-le dijo Frosch.
-Nunca

Hass atacó nuevamente a Frosch,pero le paró el ataque y se lo devolvió. Hass no pudo mantenerse en pie por las heridas y rodó por el suelo. Vuelve a levantarse y corré hacía Frosch que esta vez se preparó para realizar un contraataque. Ambas espadas se entrechocan, la de Hass se rompe quedándose solo con la empuñadura en la mano.

-¡Hijo de...!¡Ahora vas a ver de lo que soy capaz!

Hass lanzó lo que quedaba de la espada y poniendo sus manos delante de su pecho dejando un espacio entre ambas y pronunció unas palabras ininteligibles para terminar con un par de frases:

-¡Judgement!¡Darkness' Door!

Delante de Frosch empezó a brotar oscuridad del suelo que tomo la forma, obtuvo la forma de una enorme puerta negra. Mediría más de 10 metros. y tenía unos grabados por todas partes. Parecían narrar una historia.

-¡Mira la puerta hacia tu fin!¡Las puertas de la muerte!¡Todo el que entra no vuelve a sal..!

Hass no terminó la frase. Sintió un fuerte dolor en la espalda. Ärger le había clavado su espada.

Ärger se había despertado hace poco y le había contando al alcalde lo que realmente pasó: Hass, su padre lo había dejado inconsciente.
Ahora despierto había aprovechado y se había deslizado por su espalda y así ayudar a Frosch.

-¿Por....por qué...?
-Te odio.

Fue lo único que dijo.

Hass cayó de espalda al suelo. Su sangre empezó a rodearlo.
Ärger se sentó en el suelo, llorando y temblando.

-O...Open...up.....dijo Hass con su último aliento y levantando el brazo que tras decir las frase el brazo cayó al suelo. Hass había muerto.

La puerta se fue abriendo poco a poco.

Frosch trató de huir, pero una fuerza le arrastraba hacia dentro.
Clavó la espada en el suelo y se agarró a ella todo lo fuerte que pudo, pero era inútil, la puerta lo reclamaba y no pensaba cerrarse sin tragárselo antes.
El hada le intentó ayudar a resistir, pero no sirvió de nada.


Las manos cada vez le sudaban más y el costaba más agarrarse a la espada.
Finalmente Frosch no pudo más y se soltó. El hada también estaba siendo tragada por la puerta, así que Frosch la agarró para no perderla.


La puerta empezó a cerrarse y tras hacerlo desapareció en la misma oscuridad con la que había aparecido.
                                                                                                   ¿Continuará?


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En este relato me dio por ahí y los nombres están en alemán,si como lo oís, en alemán.

Shaman der Kröten significa chaman de sapos, Frosch es rana, Ärger creo que es enfado, Hass odio y Alter, el alcalde es vejez.

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