domingo, 5 de mayo de 2013

Una de piratas - Diario de bitácora VII


El hombre que acababa de salir del barco vestía totalmente de negro. La casaca estaba decorada con bordes dorados y en un hombre, a modo de hombrera llevaba una mano de hueso. En gran medida estaba descosida, gastada y ajada. Llevaba una prominente pero no demasiado larga barba negra azabache. La cara era muestra de la brutalidad de pruebas a la que se había enfrentado, estaba llena de cortes y uno de los ojos estaba enmarcado en 3 cicatrices que le mantenían el ojo prácticamente cerrado. Su mirada era fría y desprovista de sentimientos.
En el cinturón llevaba un gran sable cuya empuñadura es un hueso, como el colgante que lleva al cuello.



-¿Quién se ha atrevido a proclamarse el temor de los mares y a acabar con mi tripulación? Acabaré con él como quien acaba con un insecto. Le arrancaré la carne de sus huesos mientras aún le quede un hálito de vida. Será un placer escuchar sus gritos de dolor.
-¡He sido yo! -dijo Khemi en voz alta dando un paso adelante.
-No... -dije en voz baja.
-¿Tú? ¿Un intento de pirata intenta igualar a Arkam, el capitán del Navegante Estigia? Mi barco es temido en todos los mares, cuya sola mención causa pavor incluso al más valiente.

Bajó del barco y notamos que cojeaba.

-¡Soy el gran capitán Quimera! ¡Mi barco es el más veloz y potente! ¡No existe barco que haya sobrevivido al acoso del Laponte, ni pirata que haya sobrevivido a mi acometida!
-Jamás he oído hablar de nadie con ese nombre. Y menos del barco. ¡Lástima me das que te creas tan grande!

Khemi no le siguió la puya, se lanzó a por él con un rápido espadazo, pero aquel pirata fue más rápido que él y antes de que ninguno pudiéramos darnos cuenta había parado el golpe con su espada. No conforme con eso, le dio un fuerte puñetazo en el estómago que derribo a Khemi, que cayó de rodillas.

-¡Ja, ja, ja, ja! ¿Ya estas acabado? Siendo tan famoso pensaba que aguantarías más. -se le notó la sorna.

El vejado capitán intentó levantarse, pero hizo un gesto de dolor y volvió a caer de rodillas. Todos nos acercamos a él.

-¿Y quienes sois vosotros? ¿Su tripulación? se echó a reír.
-Somos piratas.
-Por favor. Sois un insulto a los piratas. Dejaos de juegos.
-Nadie esta jugando a nada. -le dijo Isabella.

Arkam se acercó a ella.

-No estas nada mal. Eres una belleza. -le acarició la mejilla. Ella le apartó la mano. -Y con carácter....

Le cogió del brazo y se lo retorció. No pudo evitar emitir un pequeño grito de dolor.

-¿No te interesa unirte a mi tripulación?
-Nunca.
-¡ Suéltala! -le dije.
-¿Y cómo vas a impedírmelo?
-¡Así!

Me lancé a por él, pero interpuso a mi compañera entre ambos y detuve mi ataque.

-¿Ya está? Voy a tener que enseñarte lo que es determinación.

Dio un silbido y del barco vinieron dos de sus hombres.

-Llevárosla y encerradla. No le pongáis la mano encima. Ya sabéis lo que pasa si no.

Isabella desapareció bajó la cubierta del barco pirata guiada por aquellos hombres. Intentamos seguirlas, pero Arkam se interpuso dando un corte al aire.

-Ni un paso más. Si queréis pasar, ya sabéis lo que tenéis que hacer.

Le ataqué sin dudarlo, pero como antes, paró el ataque instantáneamente  Vi como aprovechaba para darme un puñetazo. Retrocedí de un salto.

-Nada mal. Peleas mejor que tu amiguito.

Khemi recuperado, atacó también pero fue inútil, era capaz de parar los ataques de los dos. Muddy también lo intentó sin mejores resultados.

-¿Y os hacéis llamar piratas? No sois más que unas burdas copias.

Raak había conseguido escabullirse y colocarse a su espalda.

-Incluso vuestro amigo es predecible.

Paró el ataque de Raak que había saltado para golpearlo. Aprovechó su caída para agarrarlo y ponerle la espada al cuello.

-Ni un paso.

Le hicimos caso.

-Muy bien. Así me gusta. Y ahora decidme, ¿dónde esta el tesoro de esta isla?
-No lo sabemos.
-No me mientas. No estas en condiciones de ello. -le acercó más la hoja del sable al cuello de Raak, que balbuceaba cosas en diferentes idiomas y no se le entendía de los nervios.

Antes de que pudiéramos contestar alguno, Khemi le lanzó un par de dagas que llevaba en el cinturón. Arkam fue capaz de esquivar una de ellas, pero no la otra, que iba de lleno hacía él.



Bajé las escaleras hasta la taberna. Todos estaban sentados en una mesa alejada de todas las demás.
Había anochecido y en todas las mesas había un candil encendido. Todos los ex piratas que había en la taberna eran mucho más tranquilos y relajados que los del fuerte.

-Ha sido una suerte que en esta parte de la isla hubiese una taberna. -dije sentándome  en el asiento vacío. Delante mía había una jarra de ron.
-Lo que ha sido una verdadera suerte es que la daga solo le diera en el hombro. -dijo Isabella con un tono muy serio.

Khemi agachó aún más la vista.

-¿Cómo está? -preguntó Muddy.
-Se pondrá bien. La herida no es demasiado profundo, pero necesita descansar.

Bebí un largo trago.

-La próxima vez espero que pienses un poco más las cosas. Si hubiese llegado a pasarlo algo a Raak créeme que no habría suficiente mar para que huyas.

El capitán del Laponte dejó la jarra con un sonoro golpe, se levantó, dejó un par de doblones y se fue. En otro momento le hubiese pedido que se quedase, pero estaba demasiado molesto con él.

-¿Cómo escapaste? -Muddy intentó cambiar de tema viendo la tensión que había.
-No fue difícil  Se confiaron. Cuando llegamos a la bodega me ataron y dejaron allí. Deshacer los nudos fue fácil. El resto fue gracia a vosotros.
-Dirás gracias al Capitán Quimera y a Von Disaster. -miré de reojo la mesa en la que Gifte y su tripulación descansaba.
-Fue una suerte que aparecieran.
-Sí, Muddy. Sí...

Se hizo un silencio que duró unos minutos. No sabíamos que decir.

-Voy a ver como esta Raak. -Isabella se levantó y se fue.

Al final conseguí romper el silencio.

-He estado pensado. Necesitamos uin mapa de la isla. -dije sin apartar la vista del fondo de la jarra.
-¿Qué? -a Muddy le había pillado por sorpresa.
-Necesitamos un mapa. La isla es grande y hasta ahora hemos avanzando a ciegas. No sabemo si nos podríamos estar dejando algún sitio importante.
-Bueno, Raak es cartógrafo y...
-No tenemos tanto tiempo.
-¿Entonces qué propones?
-Mama Samba.
-¿¡Volver de nuevo!? Si quisieramos volver tendríamos que dar la vuelta entera a la isla. El camino esta cortado y las vías son solo de ida.

La puerta de la taberna se abrió y entró Mama Samba.

-Hablando de la Reina de Roma...

Buscaba a alguien con la vista y cuando nos vio vino directa y se sentó.

-¿Cómo has llegado?
-Hemos quitados las rocas del camino, pero no he venido por eso, ¿qué ha pasado en la ensenada?
-¿No has visto el barco?
-No hay ninguno a parte de los que hay hundidos.
-Se ha ido.... -mascullé.

Le explicamos a Mama Samba lo ocurrido y la necesidad de un mapa del tesoro.

-El único mapa que queda de esta isla esta oculto en una cueva cerca. John Rock se aseguró de esconderlo, no quería que nadie lo encontrará. Sois libres de recuperarlo, si podéis. Respecto a vuestro compañero, ponedle este ungüento en la herida y mejorará pronto.

De un bolsillo del delantal sacó un pequeño frasco con un líquido muy espeso y de un tono verdoso.

-Es asqueroso. -dijo Muddy.
-Créeme, es bueno. Las hierbas de esta isla tiene muchas propiedades medicinales.

Mama se levantó de la mesa y se despidió con un "Sed buenos piratas".
Decidí llevarle el remedio a Raak, por lo que fui a su habitación. Isabella se ofreció a ponérselo  La herida aún sangraba a veces y el ungüento olía muy fuerte y me estaba mareando.

Fuí a mi habitación y me acosté. Necesitaba descansar después de un duro día.

1 comentario:

  1. JEJE ^^ Me encanta, por suerte no tuve que esperar mucho para seguir leyéndola :D

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