domingo, 28 de abril de 2013

Lullaby #Día3 Primera batalla (Por la tarde)

-Vale -Contesté casi sin pensarlo

-¡¿Como que "Vale"?!- Aquel grito de Alice casi me dejó sordo-¿Es que no sabes quien es ese tío?¡Es Luccyan, el lugarteniente de Guillotine, el equipo de psicópatas más peligroso del mundo! ¿Y piensas irte con él?

-Y le ha salvado la vida a mi madre... -Al parecer no estaba preparada para esa respuesta y antes de que encontrara otra razón más para que no fuera con él, añadí- Si intenta algo raro sabré defenderme, no temas.

-Tranquila, Alice, no permitiré que le pase nada, aunque tuviera que enfrentarme con el mismo Lucifer... -Luccyan parecía muy serio y puso una mano sobre su pecho- Lo juro por mi madre... -El argumento pareció convencerla, porque no dijo nada más- Vayámonos, Luca Serra, no queda mucho para la puesta del Sol.
Tras dejar atrás el hospital, bajamos por la avenida, en silencio. Me paré a observar más detenidamente a Luccyan, y me di cuenta de que, sus brazos, de músculos esbeltos y fibrosos estaban llenos de cicatrices blancas y rectas, bien curadas. Me pregunté si sería cosa del torneo, aunque se me pasó por la mente que podían ser autoinfligidas. Mientras pensaba esto me di cuenta de que se había detenido frente a una alcantarilla, probablemente para bajar a la METROpolis, sin embargo, según mis cálculos aquello debía ser la zona en negro del mapa, los dominios de Guillotine. Cuando Luccyan me dijo que entraran estuve a punto de negarme, pero entonces reparé en dos hombres trajeados al final de la calle que nos observaban de forma extraña; "Silenciosos" pensé.

-Adelantate, Luca Serra, yo me quedo aquí para cubrirte -Su mirada estaba fija en los Silenciosos y su mano se deslizó lentamente a su bolsillo, del que sacó una moneda plateada- Enseña esto ahí abajo y di que buscas a Cry... si saben lo que les conviene, nadie te hará nada.

-Seguro que puedes, no llevas ningún talis...

Antes de que terminara la frase, pude ver como sus brazos se deformaban de una forma grotesca. Sin la más mínima muestra de dolor, de las manos de Luccyan, surgieron dos afiladas espadas de hueso, probablemente su cubito o su radio, mientras con un poderosos rugido se lanzó contra los Silenciosos, que también habían sacado sus armas.

-¡Corre! -En cuanto oí la orden mis piernas se pusieron en movimiento y aun pude escuchar los disparos contra la tapa de la alcantarilla, pasando tan cerca de mi cabeza que podrían haberme peinado.

Sin mirar atrás, me adentré en los oscuros túneles, corriendo como jamás lo había hecho, pasaron los minutos y yo aun seguía corriendo sin rumbo, solo con el pensamiento de salvar mi vida, solo con el objetivo de tirarme de cabeza a los brazos de unas personas cuyo líder me quería muerto. No reparé en nada de eso hasta que me golpee con algo en la oscuridad, y, al alzar la vista, me encontré con una mujer, más alta que yo, desde luego y con los ojos de un color castaño casi hipnótico  que resaltaban en contraste con la mascara blanca que le cubría el resto del rostro. Tenía una figura bien definida y porte imponente, probablemente tuviera, lo menos, veinticinco años. Su pelo era de un color negro intenso y llevaba ropa de cuero del mismo color.

-Vaya, vaya ¿Que tenemos aquí? -Su voz era grave y tenía un toque seductor- ¿Te has perdido, pequeñin?

-Ehm, yo, estoy buscando a Cry -La mujer me miró como si le acabara de contar el mejor chiste de la historia y empezó a reír con una carcajada melodioso, que llenó todo el túnel.

-¿Que tiene un canijo como tu que tratar con Cry?-Se me empezó a acercar, lentamente y yo intente retroceder, pero me encontré con la pared a mi espalda y pronto estuve acorralado- Visto de cerca no estás tan mal... seguro que te has venido para ver si te convierte en su juguete ¿verdad? -Cada paso que se me acercaba se me aceleraba más el corazón. Entonces, recordé la moneda y la saqué apuradamente.

-M-me envía Luccyan -Se quedó mirando la moneda de plata, algo decepciona- M-me dijo que buscara a Cry y le diera esto...

-Bueno, bueno... Ese imbécil solo me manda chicos guapos, pero nunca para jugar, menudo chasco... -Se quitó la mascara y dejó ver un rostro pálido  de rasgos delicados, con tres cicatrices, similares a un garrazo, que le recorrían la mejilla- Mi nombre es Cry, soy la responsable de encontrar buenas presas para Styx.

-¿Q-que...? -Antes de que pudiera decir nada, sentí un pinchazo en la pierna. Cry me había inyectado algo, probablemente un sedante, porque me empecé a sentir sin fuerzas, y, antes de darme cuenta, caía sin remedio hacia Oniria, donde me esperaba una desagradable sorpresa de ojos azules.

2 comentarios: