domingo, 3 de marzo de 2013

Lullaby #Dia2 Tres para ganar (Tarde)

Las galerías eran impresionantes y la "Avenida" realmente parecía un gran mercado, lleno de puestos que exponían sus mercancías. Aquella era otra de las zonas neutrales, pero la mayoría de los tenderetes eran de Piramidal Sun. Alice me explicó que era porque la mayoría de sus espíritus eran del tipo "Suerte" y que eso les permitía obtener mejores tratos que otros. Bajamos y Alice fue mirando cosas en algunas tiendas, pero no se acababa de decidir por nada y seguíamos buscando.

Al cabo de un rato, cuando ya parecía algo cansada, se le iluminó la cara de repente y tiró de mi hasta una tienda que, al contrario que las demás, no estaba exactamente en la galería sino en lo que debió ser una de las salas donde se encontraba la maquinaria que controlaba el la electricidad del metro. En la puerta estaba el Signo de O'Kamirai, solo que un poco cambiado, con una especie de herrero en lugar de un samurai. Nada más entrar oí el repiqueteo de metal contra metal.

-¡Alice! -Gritó una voz de chica.

Antes de que pudiera verla, algo se lanzo contra Alice y la derribó. Al principio me preocupé, pero luego vi que era una niña que la había abrazado tan fuerte que la había hecho caer. Era menuda y de cara tirando a redonda, con rasgos algo infantiles. No debía tener más de 15 años, aunque el mono de trabajo, demasiado grande, la hacía parecer aun más pequeña. Su pelo era del color de la miel, tenía la cara llena de pequeñas pecas y los ojos grandes, de un verde aguamarina muy extraño. Estaba jugando a hacerle cosquillas a Alice, hasta que esta le hizo un gesto para que pararan y la ayudó a levantarse.

-Esta es Arya, es una buena amiga, casi como mi hermanita -Dijo Alice revolviéndole el pelo.

-Encantada -Dijo tendiéndome la mano. Me sorprendió la fuerza que tenía- Tu debes ser ese chico tan mono del que siempre está hablando Alice.

-¡A-arya!- La cara de Alice se puso totalmente roja y supongo que la mía también. Aquel comentario me había dejado totalmente fuera de lugar- Es Luca y es un amigo... Va a estar en mi equipo de este año.

-¿Un novato?- Los ojos se le iluminaron como a un niño la mañana de navidad.- Debiste decirlo desde el principio, pasa a la trastienda -Miró a Alice- Equipo completo ¿No?

-Sí, supongo -Dijo sin mucho convencimiento- Aunque no sé que clase es- Me saltó el interruptor al oír la palabra "Clase".

-Caballero -Dije con determinación.

-Ya decía yo, los Caballeros tenéis un algo especial en los ojos, como Liam... -Suspiró al decir su nombre- Bueno, aunque a ti no te va una armadura completa, eres demasiado delgado y te falta fuerza.

La "Trastienda", en realidad, no era otra cosa que una sección de la habitación separada por una cortina raída  No mediría más de seis por cinco metros. Estaba llena de pedazos de armaduras con formas extrañas y armas y una pequeña caldera que usaban a modo de fragua. Me pareció una versión en humilde de la gran armería de Bell. Allí, Arya me tomó las medidas con presteza y se puso a rebuscar entre los montones de chatarra.

Es que eres muy flacucho... -Dijo sin ningún recato- Va a costar encontrarte algo...

Aun pasó media hora largas hasta que me trajo algo envuelto en un paño. Lo abrí y encontré una especie de guanteletes. Se componían de un guante largo de cuero, sin dedos, que llegaba hasta un poco antes del codo. Tenía dos refuerzos de acero sobre el antebrazo y el dorso de la mano, surcados por un par de estrías para ofrecer más protección. Al parecer eran parte de una especie de armadura ninja. Aquello acabó de convencerme, siempre había adorado a los ninjas. En cuanto me los probé me di cuenta de que aquellos guantes parecían hechos a medida. Mi sonrisa me delató ante Arya.

-Así que te han gustado... -Miró a la pila de trastos- Tango un par de cosas que seguro que te gustan también  entonces- Sacó una chaqueta larga, con unas hombreras laminadas para ofrecer movilidad y me la hizo probar- Sí, tienes exactamente sus mismas medidas...

-¿Que quién?-Pregunté, intrigado por su comentario.

-Que Arthur con tu edad... -Sonrió con tristeza y vi como a Alice le palidecía el rostro. Arya también lo vio- Bueno ¿Ya tienes talismán?-negué con la cabeza- Lo suponía... Y a ti no te pega un colgantito cualquiera... Necesitas un arma-Talismán

-¿Como Liam?- Pregunté, acordándome de la pequeña cuchilla. Me agradaba la idea de llevar algo como eso.

-Sí, pero aquí no tenemos nada de tanta calidad -Sacó un dolar de plata de uno de sus bolsillos y la lanzó al aire- Libra, ven...

De repente, noté como algo extraño inundaba la estancia. Como una especie de energía que invadió a Arya en cuanto agarró la moneda. Sentía una presencia ajena en su cuerpo, algo que no estaba allí físicamente  pero que me observaba a través de los ojos de la chiquilla.

-Hum-me echó un vistazo rápido y sonrió- Ya está, eso era todo, Libra... -Guardó la moneda y la presencia desapareció.- Como suponía -Dijo volviendo a mirarme a los ojos- vas a necesitar algo más que mis baratijas para invocar a ese cabrón...

No supe muy bien a lo que se refería, pero antes de que dijera nada me lanzó un trozo de papel con algo escrito y nos dijo que nos marcháramos. Alice y yo íbamos a pagarle cuando ella nos detuvo y nos dijo que era una "inversión" a largo plazo y nos echó sin más explicación.

-¿Ha sido la primera invocación que ves?- Preguntó Alice.

-Sí...-Respondí algo aturdido aun- ¿Se supone que yo puedo hacer eso?- No me lo creía, aquello era demasiado... raro.

-Podrás... Arya nos ha mandado a hablar con Krim, el Medium de Hefesto... -Me miró de arriba a abajo- Debes tener un espíritu realmente poderosos para que haga falta uno de sus Talismanes.-Miró la pequeña pulsera de plata que llevaba- Es raro que alguien poderoso coja a un novato.

Estaba a punto de preguntarle algo cuando empezamos a oír revuelo en la dirección en la que íbamos  La muchedumbre se iba abriendo paso poco a poco y al final vimos a Liam y Charlie surgiendo de entre el gentío. Charlie tenía un ojo morado y cara de malas pulgas, mientras que Liam le estaba echando la bronca. Este parecía más o menos ileso, pero pude notar como se sujetaba el costado, probablemente tuviera rotas un par de costillas.

-No puedes adentrarte en el territorio de Guillotine tan a la ligera -Liam parecía realmente enfadado- ¡ podrían haberte matado!

-¿Y debo dejar que esos mamones campen a sus anchas atemorizando a los pobres novatos que se pierden y llegan allí por error?- Charlie parecía realmente calmado, pero su voz despedía una profunda ira fría.

-Joder, no, pero esta no es la manera, la próxima vez Reaper te matará y entonces... -Pareció darse cuenta de nuestra presencia- ¿Quien cuidará de ellos?-Su voz se suavizó un poco y Charlie nos miró, algo compungido.

-Yo... -Chascó la lengua y bajó la mirada- Vale, no volveré a hacerlo, Liam... -Lo miró fijamente a los ojos- Pero Reaper merece pagar...

Liam asintió y le dio una palmadita en la espalda antes de dejarlo con nosotros. Al verme con mi nueva ropa, Charlie soltó un par de piropos y me dio un golpecito en el brazo. En cuanto se enteró de a donde íbamos se puso eufórico. Al parecer Krim era un viejo amigo suyo y tenía ganas de verle.

Así que nos dirigimos todos juntos al lugar escrito en el papel, una especie de gran fragua bastante apartada de La Avenida, donde estaban el resto de tiendas. Estaba bien entrado el territorio de Requiem Thunder y se notaba como, poco a poco, dejaban de verse puestos de otras Alianzas para solo ver solo tiendas de material promocional y cosas como cerámica griega o estatuas, amén de varias tiendas de libros (En especial de Filosofía y mitología). Pese a que llevábamos camisetas de distinto color, la gente no pareció importarle demasiado. Al parecer, era bastante común que la gente se adentrara en su territorio para ir a La Fragua a por Armas-Talismán de alta calidad. La tienda en sí era bastante grande y parecía un horno gigantesco desde fuera, mientras que por dentro estaba llena de tuberías que alimentaban el fuego de gas. Nos atendió un chico un poco mayos que yo, pero al ver a Charlie, sonrió y nos llevó directamente a ver a Krim.

-Hey, vieja mula, he venido de visita- Dijo Charlie su desparpajo habitual- Y te traigo un cliente prometedor.

-Veo que sigues tan insolente como siempre -Dijo el herrero, al verle.- Nunca aprenderás a seguir las formas ¿No?

Era un hombre, el primer adulto bien entrado en edad que veía allí abajo. Tendría unos treinta y muchos, con una barba de una semana, negra y erizada, igual que su pelo. Era más alto que Charlie, con una musculatura bien marcada. Sus ojos eran azul eléctrico y un par de arrugas por la cara. Llevaba unos pantalones holgados y un mandil de cuero viejo, igual que sus guantes.

-A cualquier otro le habría incrustado el martillo entre las cejas -Sonrió y se levantó a abrazar a su amigo.- Pero te lo perdono porque me caes majo -Rió a pleno pulmón y sus carcajadas resonaron por todo el túnel.

-Estos son mis amigos... Luca y Alice -Aquel gigantón nos dio un apretón de manos que casi me deja sin brazo.- Luca necesita un catalizador de los buenos.

-Oh, no lo había visto nunca antes -Me miró con curiosidad- ¿Para que tipo de espíritu es el Talismán?-Preguntó.

-Para un demonio -dije yo, algo nervioso- Mi espíritu es Bell.. digo, Belphegor.

-¿El viejo Bell? -Dijo sorprendido, y al parecer, también a Alice le sorprendió saberlo- Creí que después de lo del año pasado no se presentaría en persona... y menos con un médium novato-Me miró y se dio cuenta de lo que había dicho- Sin animo de ofender.

-La verdad es que yo tampoco sé porque me ha elegido Bell- miré a Krim. Sabía lo que pensaba, yo pensaba lo mismo- No soy muy fuerte, ni muy alto, ni siquiera soy muy inteligente. Solo soy un chico normal.

-Paparruchas -Dijo el hombre, con algo de desprecio- en este mundo no existe tal cosa como alguien "normal", todos tenemos algo extraordinario, solo hay que sacarlo a relucir. -Me miró y fue a un lado de su taller por un pedazo de hierro- Venid mañana al alba, y te daré el mejor talismán que puedas tener.

Nos pidió un adelanto de doscientos créditos y Charlie se ocupó de rellenar los papeles. Al parecer, Bell nos había asignado un fondo con algunos créditos para el equipamiento. Una vez terminado el papeleo, nos dirigimos por unas callejuelas al pequeño territorio que le habían asignado a Lullaby. No era gran cosa. una galería de tamaño medio, una estancia común y un par de habitaciones con literas. Aquello había sido una parte del Territorio de O'Kamirai, pero nos lo habían cedido ya que la alianza ya había alcanzado cierto tamaño e importancia. En la entrada a la galería principal había un cartel que me llamó la atención. Era un pequeño cartel de metal pintado con spray cuyas letras rezaban: "In the edge of this world... In front of the gate of the next... we're all actors pretending be ghosts in this deadly night... we're Lullaby" (En el borde de este mundo, a las puertas del siguiente... Somos actores fingiendo ser fantasmas en esta noche fatal... Somos Lullaby.)

Me quedé pensando en que significaban aquellas palabras. En las estancias habían algunos chicos y chicas que empezaban a irse a dormir y otros que salían por unas escaleras al fondo, al parecer, a la superficie. De repente, noté cercano el anochecer... Sabía que me iba a quedar dormido enseguida, como siempre, así que decidí dormir allí otra noche. Me dirigí hacia una habitación cualquiera, pero antes de que me fuera, Charlie me cogió del hombro y me dio algo similar a una medalla.

-Duerme con esto sobre el pecho- me dijo, sonó casi como una orden.- Te hará poder entrar en Oniria...

Asentí y no le hice más preguntas, no tenía ganas de nada. Estaba cansado y aun me dolían las heridas. Me había pasado el día andando y solo quería acostarme. Me tumbé en la primera cama libre que encontré, me puse la medalla sobre el pecho y dejé que el sueño invadiera mi mente.

Así terminó mi primero de mis días en aquella fascinante ciudad subterránea que sus habitantes llamaban METROpolis.

1 comentario: