martes, 17 de abril de 2012

Se fue


Finalmente aquí delante, viendo como aquella bella caja desciende a la tierra y no vuelva a salir nunca más de allí.

Le echan tierra mientras algunas personas le echa flores. También hay algunas personas que, aun rotas del dolor y llorando no dejan de suplicarle que vuelva. Ya es tarde, ya no escucha. Ha dejado de escucharnos, de vernos y de sentirnos. Ha ignorado por completo la carga que su pérdida ahora nos conllevará. Todos le echaremos de menos y un pensamiento suyo, un simple recuerdo de él, nos hará entristecer y nos hará llorar de nuevo.

Y puede que lo más chocante no sea la escena, sino el saber que nunca más se le escuchará y que hace menos de 24 horas, aun estaba vivo.

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