sábado, 28 de enero de 2012

El Demonio y la Princesa. Acto III

-¿¿QUEE??- De repente la sobrenatural voz se tornó joven y arrogante. -¿Princesa de Lusia? ¿¿Me estás diciendo que voy a tener que reconstruir el reino que quise destruir??

 La columna de humo se disipó. En su lugar apareció, flotando con las piernas cruzadas, un joven de edad indefinida, de cabellos rojos ondulados y despeinados, que le miraba con expresión incrédula y malhumorada. Sus ojos, también rojos como la sangre, se le clavaron a Vicky encima.

-¡Encima es una debilucha! ¡Y ni siquiera tiene buen cuerpo! ¿No se suponía que eras la hija del que me encerró aquí?
-¿Encerrarte?... ¿Hija?... No sé de lo que me estás hablando…
-¡Oh, venga ya! ¡No me digas que no te lo han contado!...- Intentó calmarse. -El rey de Lusia… Tu padre… ¡Fue el que me impuso este sello! ¿¿Me estás contando que no te habían dicho nunca que teníais al Príncipe del Reino de las Tempestades encerrado debajo de un JODIDO CASTILLO??

 El carácter respondón del demonio hizo a Vicky perder los miedos que había sentido. Se incorporó y tomó una pose de brazos cruzados, desafiante.

-No
-¡Ah, muy bonito! ¡Y encima ahora tengo que ayudarte a reconstruir tu reino!- Levantó los brazos. -¡MUY BONITO!
-¿Y se puede saber porque debes obedecerme?
-Te he ofrecido hacerme una petición como agradecimiento y la has hecho, luego YO debo cumplirla. Es el Código Más Allá de Toda Frontera. Si me niego volveré a quedarme encerrado. Aunque…, visto lo visto…
-¡No! ¡Espera! ¿No irás a negarte verdad?

 El demonio suspiró. Luego la miró y sonrió, dejando entrever unos colmillos mucho más afilados y prominentes que los de los humanos. Tenía un aspecto bestial y, a la vez, todo el aire sofisticado de la nobleza de una corte. Su piel morena y sus ropas de seda concluían su imagen como “exótico”.

-Ni de coña. Me llamo Jastian. Soy el Príncipe del Reino de las Tempestades.
-¿Y para que quiero saber tu nombre?
-Necesitarás saberlo- Bajó de su inmaterial asiento sobre el sello y se estiró sin ningún tipo de decoro. -No hay dos demonios que se llamen igual por lo que, con él, tienes plenos poderes sobre mí. Eso quiere decir que podré acudir allí donde estés si así me necesitas mi…- Le costó decirlo. -…ama.

 Dicho esto se inclinó para mirarla a los ojos de cerca. Sus iris color sangre tenían un aire a la vez terrible y a la vez hipnotizador. Al verlos Vicky sentía la necesidad de huir de ellos pero sabiendo de antemano que no serviría de nada.

-No obstante que ni se te ocurra usarlo de forma deliberada- Su voz se tornó un susurro de vil depredador. -Tal vez no pueda matarte pero puedo hacerte mucho daño…

 No supo si fue alivio o si fue disgusto lo que sintió, pero el momento se vio cortado de repente por sonidos de pasos y órdenes en reliano. Se giró bruscamente y se aferró a su cuchilla. De repente el pasillo se llenó de soldados enemigos. Sus órdenes resultaron ininteligibles para ambos.

-¡Zai seli ta shí! ¡Ze shi gongzú! ¡Huandi chialin gomen kaikí ankuán!

 Jastian apartó a Vicky por el hombro y se plantó frente a los recién llegados con aire resuelto y despreocupado. Habló a Vicky pero sin mirarla del todo.

-No sé muchas lenguas de vosotros mi ama, pero me imagino que son enemigos ¿Verdad?
-Eh… Esto…- La princesa quedó desconcertada ante la actitud del demonio. -…si.
-Entonces… - Sonrió y sus ojos se encendieron de nuevo, como cuando estaba dentro de la columna de humo -Creo que han elegido un mal momento para molestarte...

 Uno de los relianos dio una orden y un lancero se lanzó a por Jastian blandiendo por delante su arma. El se limitó a apartar el arma como quien aparta una simple vara y agarró al soldado. Lo levantó por el cuello y miró a sus atónitos compañeros.

-¡Eh, vosotros! ¡Si, los nuevos! ¡Estoy MUY cabreado! ¿Y sabéis lo que pasa cuando se cabrea a un demonio de las tempestades? ¡Que corre la… SANGRE!

 De repente el soldado se incendió fulminado por una descarga eléctrica surgida de las propias manos del demonio. Gritó horriblemente y se convulsionó, y luego quedó inerte en la mano de Jastian. Este se limitó a tirarlo y miró su mano preocupado.

-¡Cachis! ¡Estoy desentrenado! ¡Pero si sólo llevo 30 años ahí metido!

 Los soldados, preocupados, alzaron sus lanzas frente al demonio esperando poder defenderse. Jastian giró la cabeza hacia Vicky, que no había mediado palabra. Le dedicó una amplia sonrisa.

-¡Ey princesa! No ando plenas facultades así que… - Puso una expresión irónica. -… ¿Qué te parece si mejor nos largamos?
-¡Gonyí! ¡Yianzai!

 Los soldados se lanzaron a la carga pero Jastian reaccionó e hizo un salto mortal hacia atrás, cayendo justo al lado de Vicky. La agarró de la cintura y elevó un brazo y gritó algo en un idioma que los humanos nunca habríamos podido pronunciar.

 De repente la sala despareció. El suelo despareció. Jastian desapareció. Todo desapareció.

2 comentarios:

  1. MALDITO!!!!!!!!!! No lo dejes así!! Sigue!!!

    ResponderEliminar
  2. -Ah-ah-ah! Te olvidas de las palabras mágicas! -Ah-ah-ah!

    Mañana massss (LOL a este paso voy a tener que plantearme poner actos de dos en dos como uno sólo xD)

    ResponderEliminar