martes, 13 de diciembre de 2011

Chapitre 02

No pude dormir demasiado, no dejaba de soñar con sombras que me torturaban en las múltiples máquinas que habían en el piso superior de la torre.
Cada vez que conseguía dormirme, acababa despertándome.
Los moratones seguían doliéndome y las heridas que ahora se estaban curando me dolían más que antes y me hacía más difícil conciliar el sueño.

Me levanté de la cama y busqué en el armario algo que tomarme, pero estaba vacío.
Volví a la cama y me acosté de nuevo esperando conseguir conciliar el suelo pronto.


Sentía el tacto de la madera en la espalda, intenté levantarme, pero no pude. Miré a los lados y vi que estaba tumbado en una mesa,mis manos y pies estaban sujetos con grilletes.
Intenté escapar,pero no podía.
Se acercó alguien,pero no podía distinguir quien era.

-Sintiéndolo mucho no ha salido como debería.Esta es la única solución.

Me enseño una aguja especialmente afilada y un hilo.
Intenté gritar, pero no era siquiera de abrir la boca.

-Esto te dolerá un poco.

Iba acercando la aguja a mi ojo izquierda. Me cerró el ojo con la mano.
Intenté resistirme,pero era inútil.
Sentí la fría punta de la aguja entrar en contacto con la piel y como empezaba a atravesar el párpado.
Grité de dolor. El eco aumento el sonido del grito que se transmitió en todas las direcciones y a la vez que la aguja se seguía clavando el gritó lo hacia en mi cabeza.

Me desperté de salto, estaba sudando más que antes. Me encontraba peor que antes, me dolía mucho el ojo y todas las heridas me estaban molestando mucho.

No quería volver a acostarme y tener otra pesadilla, aunque esta más que una pesadilla era un recuerdo muy vivido.

Me levanté, me saqué el sudor. Salí afuera, necesitaba que me diese el aire, la  habitación me estaba agobiando.

Afortunadamente ya había anochecido, así que me puse en marcha hacía el pueblo.

Tras un largo paseo sin accidentes llegué al pueblo, estaba antes las enormes puertas del pueblo. Aún estaban abiertas, parecía como si alguien se hubiese colado.
Entre y cerré las puertas, nunca habían estado abiertas durante la noche.

Anduve por las calles iluminadas solamente por la tenue luz de las velas dentro de las farolas.
No había nadie por las calles y casi todas las luces de las casas estaba ya apagadas. Avancé lentamente por las calles intentando pasar desapercibido.

Llegué hasta mi casa. Me quedé sorprendido. Todas la fachada estaba llena de pintadas que decían "Demonio", "Vete de aquí" entre otros, además habían roto los cristales con piedras.

Entré. Cada pisada iba acompañada de el sonido de los cristales rotos que crujían.
La casa estaba revuelta, como si hubiesen entrado a robar, rebuscando a la espera de encontrar algo, ¿estarían aún dentro?
Me adentré lentamente hasta mi habitación. Nada. Fui hasta la cocina. Tampoco había nada. De repente se escuchó un ruido. Cogí un cuchillo.

-¿Quién anda ahí?

Salí lentamente intentado averiguar quien habría entrado.

-¿Bethlem?¿Eres tú?
-¿Alcalde?

La luz se encendió y vi en frente mía al alcalde. Estaba serio, más serio que nunca. Jamás lo había visto así.

-¿Qué ha pasado?¿Por qué estaba en la torre?¿Quién ha hecho esto?
-Acompáñame.

Salió por la puerta. Dudé unos segundos sobre dejar el cuchillo, pero al final me lo guardé y lo seguí.

No me dirigió la palabra durante todo el camino ni me miró. Algo raro pasaba, pero no sabía el que, lo que me hacía estar más inquieto.

Llegamos al ayuntamiento. Subimos las escaleras y entramos en su despacho.

-Siéntate.

Entré y escuché como echaba la llave.

-¿Que pasa aquí, alcalde?

Rodeó la mesa y se asomó por la ventana que había detrás de ella

-No deberías estar aquí. Deberías estar pudriéndote en la torre. No mereces más.

El tono de la voz fue en aumento.

-¿Pero por qué?¿Se puede saber que he...?
-¡Tú ojo!...Espero que te doliera.

Se giró y le vi la cara. Su cara solo reflejaba odio.

-¿¡Fue usted!?
-Si.

Estaba furioso,quería saber el porque de semejante tortura. Sentía como me ardía la sangre.

-¿¡Por qué!?¿Y la paliza?
-Por que mataste a varias personas.
-¿Pero por qué torturarme?
-Era lo más adecuado para alguien como tú.

No podía creer lo que estaba oyendo. El alcalde siempre había sido una buena persona, nunca había dado señas de ser una persona cruel.

-¿A qué se refiere con una persona como yo?
-Creo que ya he dicho suficiente.

Abrió el cajón y buscó algo en él.

-No ha dicho ni la mitad.¡Quiero saber que esta pasando!

Cogió algo del cajón y se me abalanzó saltando por encima de la mesa.

Forcejeé con él intentando evitar que me clavará un cuchillo. Lo estaba dirigiendo hacía mi ojo.
El forcejeo duró unos segundos más hasta que de una patada me lo quité de encima. Corrí hacia la puerta. La embestí con el hombro, pero no cedió.

-No tienes escapatoria.

Recordé que no estaba totalmente desarmado. Saqué el cuchillo del bolsillo, que en comparación con el que tenía el alcalde, era pequeño.

El alcalde corrió hacía mi.Cogí un par de cuadros que había en la pared y se los tiré. No sintió nada.
Me quité del medio como pude y esta vez me abalancé yo sobre él. Lo tiré al suelo y le dí un par de puñetazos. Pero no le hicieron nada, no sintió nada. Le clavé el cuchillo.
Se levantó como si no le hubiese hecho nada  y se sacó el cuchillo de un tirón.

-¿¡Qué esta pasando aquí!?¿ Quién eres?
-De poco te servirá saberlo. En unos instantes estarás muerto.

El alcalde volvió a correr hacia mi y justo en ese instante se escuchó como el cristal de la ventana se rompía, algo la había atravesado y se había clavado en el suelo cerca de mis pies.
Cuando me recuperé de la sorpresa vi que era una espada de hoja y empuñadura negra. La empuñadura era más larga de lo normal.

No lo dudé un instante, la cogí y la usé contra el alcalde. Todo sucedió muy rápido, ambos corrimos el uno hacía el otro, pero él no consiguió darme, yo en cambio conseguí cortarle, lo hice por la mitad.
Mi sorpresa fue cuando en vez de ver a una persona muerta en el suelo lo que vi fue una marioneta, que se parecía al alcalde, rota, cercenada de cintura para abajo.

-¿Qué demonios...?

Me acerqué al cuerpo para verlo mejor. No cabía duda, era una marioneta.

De repente un fuerte estruendo a mi espalda. Habían echado la puerta abajo. Eran los habitantes del pueblo, o eso me pareció a primera vista, pero todos eran marionetas de ellos con expresiones macabras y manchadas de sangre. Todos portaban algún arma.

Estaban entrando y pretendían atacarme. Me defendía como podía con la espada, pero llegó un momento en el que situación se hizo insostenible: eran muchos, demasiados y cada vez eran más.
Avancé eliminando a los imprescindibles para conseguir salir. Bajé las escaleras acabando con alguna que otra marioneta que se interponía en mi camino.

Salí del ayuntamiento. Las calles estaban igual, llenas de marionetas, pero había más espacio para maniobrar y esquivar, aún así me fue imposible evitar las luchas.
Fue muy duro, no solo por tener que luchar y forzar mi cuerpo dolorido, sino también porque tenía que luchar contra gente que había conocido.

Conseguí esconderme en un callejón donde no había nada ni nadie.

-Te lo dije.

La voz venía de los tejados. Miré y vi al que me ayudo en la torre, que bajo de un salto.

-No serías bienvenido, y menos después de lo que hiciste. Aunque bueno, eso es lo de menos. Creo que no les importa perder alguna marioneta.
-¿Qué estás intentando decirme? Explícame que esta pasando.Quiero saberlo.
-Aún no estas preparado. No sabes lo que ocultas.
-¿Qué oculto?¡Yo no oculto nada!
-A eso me refiero, debes ser consciente de ellos, solo entonces sabrás todo.

Se fue corriendo por le callejón.

-¡Espera! Cuéntame algo.¿Qué se supone que hice para que me encerraran? Cuéntame al menos eso.
-Si sobrevives te prometo contártelo.

Desapareció en la oscuridad.

Se escucharon pasos. Poco a poco, de entre la oscuridad del callejón, poco a poco fueron apareciendo las marionetas una vez más.

-¡¡Dejadme en paz!!

2 comentarios:

  1. Con esto de las marionetas has conseguido intrigarme ¿Quien maneja tantísimos hilos? (lol)

    p.d.: el primer capítulo de esta historia me recordó mucho a "El Péndulo" de Edgar Allan Poe ¿Te basaste en él?

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  2. Mira que lo he leido, pero de forma consciente no lo he hecho, quien sabe si mi subconsciente lo ha hecho. De todos modos me alegro que te guste :D Estoy con el 3, y creo que ya le queda poco :3

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