lunes, 12 de marzo de 2012

Mallventure-Round 03

Me pusieron a lavar los platos de plástico de las comidas gratis de prueba para pagar  a un kiwi que me había denunciado al despertarlo de su siesta por la pelea.



Juré vengarme del kiwi, pero había pedido la protección de testigo a dos chirimoyas. Era un kiwi listo, demasiado. Le pedí a un plátano ayuda, pero no quiso ayudarme. No pude hacer otra cosa sino comérmelo. No se quejó de que me lo había comido hasta una hora después ya en mi estómago.... estos canarios, siempre con una hora atrasada.

Tuve que correr al baño, el plátano me estaba destrozando por dentro. La puerta estaba cerrada con contraseña. Saqué el mando de las consola que siempre llevo para estas ocasiones y se le acabaron las pilas. Fui a la sección de ambientadores, disimularía el olor con un pino.

Me colgué el ambientador de la oreja y cogí pilas. Ahora estaba listo para mi batalla contra Pato Gel Activo. Pulsé botones meditándolo, pero la puerta no se abrió. Era una puerta de emergencias y la emergencia se había quedado en la sala de los ambientadores así que fui a por mi siguiente compra, los spaguettis.

En la sala de la pasta se mascaba la tensión, los spaguettis se habían enrollado con los macarrones, y eso no le sentó nada bien a los tortellini. Estos se habían aliado con los ravioli para acabar con semejante relación, pero había algo más, la lasaña y la mousaka habían entrado en la guerra en bandos contrarios.
Todo el pasillo era un hervidero de salsas, insultos volando de un lado a otro. La gente y los productos huían horrorizados. Yo tenía que coger un paquete de spaguettis, tenía que detener semejante guerra.

-¡Alto!-grité, y la guerra de las pastas se pausó. -¡Vosotros no tenéis la culpa, los spaguetttis se enrollaron con los macarrones por le tenedor!
-Cierto, ¡a por los cubiertos!-dijo un raviolo. Todos se fueron a por sus enemigos metálicos.

"La que he liado" pensé, pero ahora podía coger mis spaguettis tranquilamente, pero un paquete de macarrones de formas se interpuso entre el paquete y yo.

-No te comeras a mi especie ¡sucio depredador! -me escupió salsa de tomate caliente.

Yo me aliñe la salsa con orégano y me comí mi oreja izquierda, estaba hambriento. Menos mal que me volvió a crecer pronto. Cogí un tomate y se lo tiré a la cara. Cayó derribado

-Buah, prefiero comerme un buen jamón. -y fui a buscar uno.

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